El Barcelona dejó escapar una ventaja de dos goles y sólo pudo rescatar un empate 2-2 en su visita al Celta de Vigo, que hizo ambos goles en dos minutos tras aprovechar la expulsión del azulgrana Marc Casadó.
El Celta salió con una actitud valiente y llegó a poner en apuros al Barcelona, pero el portero Iñaki Peña mantuvo su portería invicta en el primer tiempo.
Tras los sustos que pasó ante el ímpetu local, el Barcelona logró abrir el marcador en el minuto 15 con una gran jugada de Raphinha, quien aprovechó la falla de Mingueza en su intento por cortar un pase largo, controló, entró al área y definió con la calidad que lo tiene como el mejor jugador azulgrana de la temporada.
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Peña salvó la mejor opción del Celta al volar para desviar un disparo lejano de Moriba en el minuto 19.
La intensidad del Celta se fue apagando, más por la falta de acierto frente a la portería que por presión del Barcelona, que parecía no emplearse a fondo.
En el segundo tiempo no hubo un cambio de tónica, e incluso se repitió un error de Mingueza en la salida que volvió a aprovechar el Barcelona, cuando Lewandowski robó el balón y tuvo suerte al controlar un rebote de la defensa para definir con un tiro cruzado por abajo y sentenciar el triunfo en el minuto 61. O eso parecía.
DRAMA
El duelo se complicó para el equipo de Hansi Flick por una expulsión de Casadó en el minuto 81. Al Celta le tomó dos minutos anotar el 1-2, para un cierre dramático en Balaídos.
Y solamente dos minutos más tarde se celebró el empate 2-2 con una gran jugada en el área de Hugo Álvarez.
Aunque ambos se lanzaron en busca de un gol más, el empate fue el castigo para un Barcelona errático y un gran premio para un Celta valeroso.