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Ana Guevara: La funcionaria que traicionó a la atleta
Viernes 30 de Agosto de 2024
DE GLORIA A VILLANA

Ana Guevara: La funcionaria que traicionó a la atleta

En 2008 se retiró del atletismo “asqueada” por el sistema deportivo mexicano y prometió volver desde otra trinchera para cambiarlo; sin embargo, a semanas de dejar la Conade, el saldo son señalamientos por corrupción y atletas en el desamparo.

Ana Guevara.Créditos: @CONADE
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El 15 de enero de 2008, “asqueada y derrotada” por el sistema deportivo mexicano, Ana Gabriela Guevara puso fin a una brillante carrera de más de 10 años en el atletismo.

En una conferencia de prensa ante casi un centenar de comunicadores, la cual duró una hora y media, con voz entrecortada y conteniendo el llanto, la campeona mundial y medallista olímpica en la prueba de 400 metros planos, dijo estar harta de los malos manejos administrativos y financieros de la Federación Mexicana de Atletismo (FMAA) y la Conade, y aunque no era su “retiro ideal”, ya no tenía ganas de enfrentarse a las “víboras” que encabezaban el deporte en México.

Seis meses atrás había denunciado por corrupción al presidente de la FMAA, Mariano Lara, y exigió su cabeza como condición para participar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

También señaló al entonces director de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), Carlos Hermosillo, por “su falta de conocimiento y la soberbia con la que se maneja”, y dijo estar arrepentida por habérselo recomendado al presidente Felipe Calderón para ocupar dicho cargo.

Incluso, la entonces titular de la Secretaría de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, salió ‘raspada’ debido a su “inacción” ante las anomalías que hizo públicas Ana Gabriela (la Conade dependía de la SEP).

Agotada de levantar la voz en su condición de mejor atleta del país y no ser escuchada, desistió de su lucha por “limpiar” al deporte, y tras buscar de forma infructuosa una reunión con Calderón, optó por el retiro: “La política es una guerra sin muertos y hoy el deceso es mi carrera”, lanzó, entre muchas otras frases para el recuerdo, en una histórica conferencia.

Desde aquella despedida, dejó entrever que en un futuro buscaría un cargo público relacionado con el deporte, con el objetivo de llevar a cabo un cambio verdadero: “Va por México y chingo a mi madre si no”, se comprometió.

DECEPCIÓN NACIONAL

Diez años y siete meses después de aquella despedida de la legendaria atleta, el 7 de agosto de 2018, Ana Gabriela Guevara fue designada por el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, como la primera mujer que dirigiría la Comisión Nacional de Deporte.

Contaba con experiencia como senadora federal y responsable del deporte en la Ciudad de México, y las expectativas en torno a su desempeño eran muy altas, tomando en cuenta lo que padeció como deportista.

A partir de diciembre de 2018, con la llegada de la denominada 4T, Ana inició labores al frente de la Conade, pero con el paso de los meses, aquellas esperanzas de que la histórica corredora priorizaría el bienestar de los deportistas se esfumaron, pues se convirtió en la funcionaria que prometió que nunca sería.

De entrada, se le acusó de haber manipulado los requisitos para tomar la dirección de la Comisión, que hasta antes de su llegada exigía como mínimo estudios de licenciatura; sin embargo, justificó que con la preparatoria trunca era suficiente para desempeñarse en el cargo.

Y lo que empezó mal, termina peor. A unas semanas de abandonar el cargo, con los Juegos Paralímpicos como la última competencia en la que aparecerá públicamente al frente del deporte del país, Guevara acarrea denuncias y observaciones por malos manejos y posibles desvíos de recursos por 626 millones de pesos, según datos oficiales hasta mayo de 2024 de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). 

Redujo becas a atletas, retiró otras tantas, se enfrentó públicamente con figuras del deporte nacional como la clavadista y doble medallista olímpica Paola Espinosa, así como con la mejor raquetbolista de la historia, Paola Longoria, al tiempo en que las quejas por falta de apoyos se convirtieron en “el pan de cada día”.

Ante cada señalamiento, la respuesta de Ana Gabriela ha sido un contraataque. A Longoria la demandó por presuntamente no comprobar 1.6 millones de pesos: “No somos casa de caridad, así que tiene obligaciones y responsabilidades por cumplir”, dijo tras las protestas de la jugadora y de la Selección Nacional de Raquetbol que no recibió un sólo peso de la Conade para el Mundial que se organizó en San Luis Potosí en 2022.

EL MAYOR ATAQUE

Ana Guevara nunca contó con que se toparía con un grupo de deportistas que se convirtió en el rostro de la resistencia ante las injusticias en su mandato.

En enero de 2023, la funcionaria citó a una junta a los atletas de disciplinas acuáticas para notificarles que les quitaría sus becas, así como apoyos para campamentos y competencias, además de los sueldos de los entrenadores.

Se cierra todo”, les advirtió, según se pudo conocer por unos audios publicados por la revista Proceso, mismos en los que quedaron en evidencia las amenazas a los deportistas y la exigencia de que abogaran ante World Aquatics (antes Federación Internacional de Natación, FINA) para que reconociera nuevamente a Kiril Todorov, expresidente de la Federación Mexicana de Natación (FMN), destituido por “irregularidades” y vinculado a proceso por el presunto delito de peculado tras el desvío de 155 millones de pesos.

En un año clave rumbo a los Juegos Olímpicos de París 2024, Guevara dejó en el desamparo a nadadores y clavadistas, quienes por su cuenta comenzaron a buscar apoyos para poder competir, ya que además de la Copa del Mundo de Natación Artística, estaban en puerta el Mundial de Natación en Japón, los Juegos Centroamericanos y Panamericanos.

Las seleccionadas de nado sincronizado vendieron trajes de baño y toallas con el respaldo de una marca, lograron reunirse con los empresarios Carlos Slim y Arturo Elías Ayub, quienes les financiaron el viaje a Egipto, de donde volvieron luego de conquistar tres preseas de oro y una de bronce, y de colocar a México como segundo lugar del medallero sólo por debajo de España.

El ruido mediático que hizo la Selección de Natación Artística tras sus buenos resultados enfureció a la funcionaria, quien en una entrevista con W Radio en la que calificó a las atletas de “mentirosas y deudoras”, les advirtió que seguirían sin apoyos de la Conade y las conminó a “vender calzones, Tupperware o Avon”.

A la fecha, Guevara no oculta su animadversión contra el equipo que la exhibió luego de que por la vía legal las nadadoras recuperaron sus becas, a la par que inspiraron a otros atletas a seguir sus pasos.

Pese a que las resoluciones son públicas, la funcionaria mantiene el discurso de que se vio obligada a quitarles los recursos y que está “atada de manos”.

Tras París 2024, Ana Gabriela volvió a la carga contra las representantes de la natación artística: minimizó la posición en la que se ubicaron –séptimo por equipos tras su regreso a unos Juegos Olímpicos 28 años después, y 12 en dueto– al asegurar que llegaron ahí debido a que Rusia y Bielorrusia no participaron.

Dijo que las deportistas armaron una “farsa” para conseguir dinero de patrocinadores y que no ingresaron la documentación necesaria para el pago de sus becas, esto último, desmentido horas más tarde por el abogado de las nadadoras, Luis Jiménez, quien compartió con distintos medios los papeles que demuestran lo contrario.

PARÍS: EL FINAL

El andar de Guevara Espinoza en París 2024 tuvo el sello de la casa: lujos, excesos, confrontaciones y ataques contra los deportistas.

Antes de asistir a competencia alguna de los atletas mexicanos en los Juegos Olímpicos, fue captada en un emblemático restaurante en París; posteriormente criticó a clavadistas, gimnasta (Alexa Moreno) y surfista (Alan Cleland) al declarar que “ya tenemos menos cuatro (medallas)”, luego de que los citados no alcanzaron el podio.

A lo largo de los 17 días que duró la justa se enfrascó en un duelo declaraciones y descalificaciones con la presidenta del Comité Olímpico Mexicano (COM), María José Alcalá, y el ‘broche de oro’: voló de París a la CDMX en clase Business, con un costo estimado de entre 140 mil y 160 mil pesos.

La larga conferencia del miércoles pasado retrata de cuerpo entero a Ana Gabriela Guevara. Fuera de sí, sin la diplomacia o mínimo educación necesaria por el cargo que ostenta, lanzó frases como: “Todo lo que gano me lo trago, me lo unto y me lo visto como me da mi chingada gana”, “Así como dijo el expresidente, ningún chile les embona: Si voy, porque voy; y si no voy, porque no voy”, y “Mientras más me chingan, más me crezco”. 

En medio del escándalo y de múltiples quejas de deportistas ante el desamparo que padecen, el presidente López Obrador le dio una palmada en la espalda a la excorredora en el abanderamiento de la delegación que asistirá a los Juegos Paralímpicos: “Adelante, Ana, te queremos mucho y tienes nuestro apoyo y nuestro respaldo”, le dijo.

En tanto, en el ‘chacaleo’ con reporteros, tras advertir que volverá a París durante los Paralímpicos, Ana se dio tiempo de bromear en caso de que vuelva a ser vista en algún restaurante icónico de la capital francesa: “Ahora les voy a posar (para la foto)”.

A unas semanas de que finalice su gestión, calificada por Paola Espinosa como “la peor de la historia”, los hechos indican que la corrupción y malos manejos en el sistema deportivo mexicano que orillaron a la brillante atleta Ana Gabriela Guevara a terminar con su carrera deportiva, años más tarde los puso en práctica y los rebasó en su faceta de funcionaria

Tal como hacía con sus rivales en la pista al correr los 400 metros planos.

Editorial | Latinus Deportes