Antonio Pérez Garibay, padre de Sergio Pérez, explicó que le ocultó su estado de salud al piloto de Red Bull para evitar que se distrajera durante el Gran Premio de Singapur que se corre este fin de semana, esto luego de que el progenitor sufriera de una hemorragia en la Ciudad de México que estuvo a punto de costarle la vida tras observar por televisión el GP de Azerbaiyán de la jornada anterior.
“Si este fin de semana tengo que morir, y Checo tiene que correr el GP de Singapur, es más importante el GP de Singapur, porque ya no me puede revivir, la función tiene que continuar", indicó a TV Azteca en torno a la competencia que afrontará Checo este fin de semana en Marina Bay.
"Si tengo que morir este viernes, o el día que tenga que morir, y hay Gran Premio, que no vengan a mi sepelio, que corran el Gran Premio. Eso desea su padre. No permitiría que vinieran a mi sepelio y perder una carrera”, exclamó.
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Además, Pérez Garibay esclareció que no le dio un preinfarto, como inicialmente se dio a conocer, sino que se trataba de una úlcera que lo estaba desangrando, por ello agradeció la intervención de la Cruz Roja por salvarle la vida.
“Cuando Checo termina la carrera yo voy al baño y me desmayo. Entonces cuando mi gente me encuentra piensan que me dio un infarto. Llaman a la Cruz Roja, que entra a mi casa, me sacan de mi cuarto, me llevan a un hospital, pero como un infarto. Lo que yo traía era un derrame, una úlcera derramando sangre internamente”, relató.
“Perdí 2.5 litros de sangre. Tenemos cinco, es muy peligroso. Es más peligroso la pérdida de la sangre que el infarto. De aquí me sacaron prácticamente muerto. Estoy muy agradecido con la Cruz Roja, la verdad, me salvaron. Sin ellos, hubiera perdido la vida aquí en la Ciudad de México”, sentenció el padre de Checo Pérez.