El Real Madrid pasó del brillo inicial, de deslumbrar y de marcar dos goles muy rápido, a sacar adelante el partido en Eibar (1-3) con ciertos apuros y por momentos sufrimiento, que a la postre dio por bueno para continuar la estela del Atlético de Madrid, líder de LaLiga.
El equipo de Zinedine Zidane se tuvo que poner al final el moño de trabajo ante el empuje habitual del conjunto eibarrés en Ipurúa, donde no obstante no encuentra el camino y sigue siendo el peor local del campeonato.
La brillantez con la que comenzó el partido el Real Madrid, impulsado por el francés Karim Benzema y el croata Luka Modric, autores de los dos goles, no invitaba a pensar en que le iba a costar tremendamente llevarse la victoria.
Porque Benzema no aprovechó para dar la puntilla poco después y porque Kike García dio aire al Eibar con un espectacular disparo a la escuadra poco antes de la media hora.
520 minutos llevaba el cuadro de José Luis Mendilíbar sin marcar en Ipurúa, donde aún no conoce la victoria esta temporada. Sin duda, está notando como el que más la ausencia de público.
El 1-2 abrió el partido. El Eibar es un equipo con sus limitaciones, pero valiente, nunca se rinde y siempre da la cara. Y como el Madrid le perdonó más veces tuvo sus opciones para dar un disgusto a Zidane y sus hombres, pero no acierto ante Thibaut Courtois.
Antes de que llegara el 1-3 definitivo por medio de Lucas Vázquez a pase de Benzema, se presentó la jugada polémica del partido, pues un cabezazo en el área de los merengues golpeó en el codo de Sergio Ramos, y pese a que el árbitro revisó la jugada en el VAR, el penalti no se señaló.
EFE