EFE
El Leipzig definirá ante el PSG a un finalista inédito en la historia de la Champions League, una gesta que buscará tras dejar en el camino al Atlético de Madrid (2-1) y llegar a Semifinales en apenas su segunda participación en el torneo.
El fiasco rojiblanco llegó de forma cruel, con un gol en propia puerta de Stefan Savic en el minuto 87; y cayó en el momento más inesperado, probablemente, porque era cuando el Atlético parecía más entero tras un largo recorrido sometido por su adversario. Pero tampoco nada extraño en el global de todo el partido. Fue mejor el Leipzig.
El gol del 1-0 de Dani Olmo, allá por el minuto 50, confirmó las cualidades del equipo alemán. La movió de un lado para el otro, en uno o dos toques como mucho hasta que halló una vía, el espacio suficiente para el centro desde la banda derecha y el certero cabezazo en llegada, cruzado, imposible hasta para Jan Oblak.
Simeone, entonces recurrió a Joao Félix. Desde el primer instante sobre el terreno, su personalidad fue evidente. Reclamó cada balón, desbordó y lideró a su equipo como si hubiera jugado una cantidad de partidos en la Champions que aún no ha disputado.
El 1-1, en el minuto 70, fue suyo de principio a fin. Por elaboración y por ejecución. Desde el medio campo hasta el área contraria, previa pared con Diego Costa, hasta que fue derribado por Klosterman, el único que fue capaz de detenerlo. La pena máxima la transformó con la misma convicción: un derechazo junto al poste.
No fue suficiente. Un tiro desde fuera de Adams, un rebote en Savic que descolocó a Jan Oblak y un gol que agranda la frustración del equipo rojiblanco en la Liga de Campeones. Al Leipzig le espera el Paris Saint-Germain en las Semifinales; al Atlético, la decepción.