Con la certeza de que el Liverpool se retiraba definitivamente de la puja por la Premier League, el Manchester City hizo rutinaria su victoria ante el Tottenham Hotspur (3-0), su decimosexta consecutiva, para ajusticiar una liga que está predestinada para los de Pep Guardiola, en su enfrentamiento 25 ante José Mourinho.
Era el Mourinho contra Guardiola más descafeinado de todos, porque pocas veces parecía el Manchester City tan abocado a pasar por encima del Tottenham, exhausto física y mentalmente después de caer ante el Everton en la prórroga de la FA Cup.
La clase de duelo que Mourinho hubiera criticado en el pasado, por el calendario, por las bajas y en la que hubiera repetido un centenar de veces que era imposible ganar. Pero esta vez se mantuvo quieto, quizás porque de verdad sabía que no iba a tener ninguna oportunidad contra el mejor equipo de lo que va de año, el que acumula 16 triunfos consecutivos y el que tiene la Premier League a tiro de piedra.
Era un dominio adormecedor el del Manchester City, rondando la portería de Hugo Lloris y viendo cómo su espalda era amenazada por las dos armas que tiene el Tottenham arriba y que forman la mejor pareja de la liga. El coreano Son estaba fuera de tono, pero Kane, sin continuación en las jugadas, necesitó mandar una falta al palo para exclamar que el Tottenham también estaba en el partido.
ERROR
A diferencia de las veces que el Manchester City toca y toca sin una manera clara de hacer daño, los de Guardiola parecían saber que el error y el hueco llegaría y cuando Pierre-Emile Hojbjerg, que lleva unos partidos horribles, derribó torpemente dentro del área a Ilkay G\u00fcndogan no tomó por sorpresa a nadie.
Rodri, uno de los tantos lanzadores de penaltis que se muestran en la tarea hasta la vuelta de Kevin De Bruyne, lo transformó y dio al Mancester City el premio que les daba rienda suelta a jugar más relajados y a terminar de ajusticiar al Tottenham desde la calma.
La tranquilidad con la que Raheem Sterling, Phil Foden e Ilkay G\u00fcndogan tocaron dentro del área ante cuatro defensas del Tottenham reflejó la poca fe de los ‘Spurs’ por seguir en el encuentro.
El alemán, que lleva once goles en Premier League este año, cuando en las cuatro temporadas anteriores sumó 15 en total, sonrojó a Lloris con un disparo que podría haber parado y sentenció el encuentro.
No le quedaba más a Mourinho que salir al área técnica a dar la cara y a soltar un par de gritos a los suyos, abrumados por un Manchester City que no arrollaba, pero sí asfixiaba y que poco a poco con ese ahogo seguía llegando a la meta de Lloris.
SENTENCIA
Incluso con un juego directo que sacaba las verg\u00fcenzas de la defensa del Tottenham. El tercero del Manchester City nació de un pelotazo de Ederson que G\u00fcndogan cazó delante de Davinson, lo tiró con una amago y definió delante del portero francés.
Hizo un 3-0 que pone al City con siete puntos de ventaja respecto al Leicester City, ocho al Manchester United y trece al Liverpool, que además tiene un partido más.
José Mourinho y el Tottenham vuelven a la octava posición, a tres puntos de Europa y a cuatro de la Champions.
EFE