EFE.- El Chelsea hizo un ejercicio de supervivencia en Anfield, donde evitó la derrota y rescató un valioso empate 1-1 ante el Liverpool, a pesar de jugar toda la segunda parte con un hombre menos por la expulsión de Reece James, una cruenta batalla por la intensidad de los protagonistas.
El filo del descanso marcó el partido. En el tiempo añadido de la primera parte, con el Liverpool volcado sobre el área de Edouard Mendy y con el Chelsea con ventaja en el marcador, James evitó con un brazo que el balón lanzado por Sadio Mané entrara en su portería.
El VAR advirtió al árbitro, que fue al monitor y, tras revisar la acción, señaló el punto de penalti y expulsó a James. Mohammed Salah no falló el penalti e igualó la ventaja que a los 22 minutos había establecido para el Chelsea Kai Havertz tras rematar con la cabeza un saque de esquina cobrado, precisamente, por James.
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Thomas Tuchel recompuso a su equipo en el intermedio. Sacó al campo al central Thiago Silva por Havertz y a Mateo Kovacic por Ngolo Kanté, con molestias.
RESISTENCIA HEROICA
Una declaración de intenciones del Chelsea, que resistió la batalla durante los 45 minutos la avalancha del Liverpool en Anfield. Cercó el área visitante el Liverpool, que no tuvo puntería y se estrelló una y otra vez contra el orden del Chelsea, campeón de Europa.
El duelo de Anfield terminó por dejar sin pleno a Chelsea y a Liverpool, que afrontaron la cita con todos los partidos ganados. El empate acentúa la igualdad en una tabla que, por diferencia de goles, domina el West Ham con siete puntos. Los mismos que Chelsea, Liverpool y Everton.