Las jugadoras de la selección juvenil de futbol femenil de Afganistán estaban ansiosas, pero finalmente encontraron en Portugal el lugar adecuado para seguir con su carrera y su vida. Durante semanas, se habían estado moviendo por el país, esperando la noticia de que podían irse gracias a una complicada operación de rescate internacional.
Una quiere ser médica, otra productora de películas, otras, ingenieras. Todas sueñan con crecer para ser futbolistas profesionales.
Entonces finalmente llegó el mensaje la madrugada del domingo: un vuelo chárter llevaría a las jugadoras y sus familias desde Afganistán a un lugar desconocido. Los autobuses que las llevarían al aeropuerto ya estaban en camino.
COMPLICADO RESCATE
“Dejaron sus casas y dejaron todo atrás“, dijo a The Associated Press Farkhunda Muhtaj, la capitana de la selección femenil de Afganistán que desde su casa en Canadá había pasado las últimas semanas comunicándose con las jugadoras de la selección juvenil y trabajando para ayudar a organizar su rescate y llevarlas a Portugal. “No pueden imaginarse que están fuera de Afganistán”.
Desde la retirada de Estados Unidos de Afganistán, las jugadoras, de 14 a 16 años, y sus familias, habían estado tratando de irse por temor a cómo podrían ser sus vidas bajo los talibanes, no solo porque las mujeres y las niñas tienen prohibido practicar deportes, sino porque eran defensoras de las niñas y miembros activos de sus comunidades.
El domingo por la noche la selección juvenil de futbol femenil de Afganistán aterrizó en Lisboa, Portugal.
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La misión de rescate, llamada Operación Balones de Futbol, \u200b\u200bfue coordinada con los talibanes a través de una coalición internacional de exfuncionarios militares y de inteligencia estadounidenses, el senador estadounidense Chris Coons, aliados estadounidenses y grupos humanitarios, dijo Nic McKinley, un veterano de la CIA y la Fuerza Aérea que fundó DeliverFund con sede en Dallas, una organización sin fines de lucro que asegura viviendas para 50 familias afganas.
“Todo esto tuvo que suceder muy, muy rápido. Nuestro contacto en el terreno nos dijo que teníamos una ventana de aproximadamente tres horas”, dijo McKinley. “El tiempo era una gran parte de la esencia”.
OPERACIÓN ‘BALONES’
La Operación Balones de Futbol había sufrido una serie de reveses, incluidos varios intentos fallidos de rescate y un atentado suicida llevado a cabo por militantes del Estado Islámico, rivales de los talibanes, en el aeropuerto de Kabul que mató a 169 afganos y 13 militares estadounidenses. Ese bombardeo se produjo durante un desgarrador puente aéreo en el que el ejército estadounidense reconoció que se estaba coordinando hasta cierto punto con los talibanes.
Para complicar el esfuerzo de rescate estaba el tamaño del grupo. Eran 80 personas, incluidas las 26 integrantes del equipo juvenil, así como adultos y otros niños, incluidos bebés.
Robert McCreary, exjefe de gabinete del Congreso y funcionario de la Casa Blanca durante la presidencia de George W. Bush ha trabajado con las fuerzas especiales en Afganistán y ayudó a liderar los esfuerzos para rescatar al equipo nacional de futbol femenino. Dijo que Portugal les otorgó asilo a las niñas y a sus familias.
“El mundo se unió para ayudar a estas niñas y sus familias”, dijo McCreary. “Estas niñas son verdaderamente un símbolo de luz para el mundo y la humanidad”.