Por Daniel Montes de Oca
"Somos una de las cinco ligas más importantes del mundo", proclamó en enero de este año Enrique Bonilla, titular de la Liga MX.
"Soy una leyenda del futbol mexicano, aunque a muchos les moleste", aseguró Javier Hernández en su presentación con LA Galaxy, también a inicios de 2020.
"Sí, sí (es verdad que interesó al Real Madrid), de hecho tiempo después me lo hizo saber el club mismo (donde jugaba), porque no habían querido tocar el tema conmigo porque precisamente querían evitar que yo pudiera ejercer algún tipo de presión para ir al Real Madrid", señaló Miguel Layún el año pasado.
O Guillermo Ochoa, que en reiteradas ocasiones ha justificado que su andar por el Viejo Continente en equipos de muy pobre nivel, se debió a no tener pasaporte comunitario, pues el Arsenal, Milán y Nápoles, entre otros clubes, lo pretendieron.
Y el más reciente, Héctor Moreno: "Seguramente habría sido diferente (sin la lesión), ya que no solo había pláticas con el Barcelona, sino que tenía la posibilidad de haber firmado antes del Mundial de Brasil 2014. Me sentía muy bien en todos los aspectos".
La conclusión es que de acuerdo con las voces del directivo que encabeza el máximo circuito en México, y cuatro futbolistas que han sido base de la Selección Nacional en las últimas Copas del Mundo, el balompié azteca se codea con la élite.
¿Qué indica la realidad?
El llamado Tricolor tiene más de 30 años intentando superar el cuarto partido en una justa mundialista, sin éxito. Los Octavos de Final son el tope, es decir, quedar ubicados entre los 16 primeros. No más, no menos. ¿Élite?
A nivel de clubes la historia no es distinta. México ya no compite en la Copa Libertadores ni en la Sudamericana, y en la Liga Campeones de la Concacaf que otorga el pase al Mundial de Clubes, mantiene la hegemonía sobre Estados Unidos, pero cada vez con mayores dificultades.
Después, cada fin de año en el Mundial de Clubes, el representante de la Liga MX se topa con su realidad y si bien le va, hace un papel decoroso ganando su primer partido, para quedar eliminado en el juego que otorga el pase a la Final. Obtener el tercer lugar suele ser considerado como un gran acontecimiento.
"Desgraciadamente el futbol depende demasiado del dinero y México es un buen ejemplo al respecto, pues tenemos una Liga que no es muy buena en lo deportivo, pero es una de las cinco o seis más ricas del mundo, entonces es un fracaso deportivo que es un éxito económico", declaró hace unos meses el escritor mexicano Juan Villoro.
LOS JUGADORES
Salvo Hugo Sánchez y Rafael Márquez, que están muchos escalones arriba del resto en la historia del futbol nacional, México no ha tenido a otro jugador a quien se le pueda considerar un referente a nivel mundial.
Ni siquiera Javier Hernández y sus más de 100 goles en Europa o que sea el máximo anotador de la Selección, puede equipararse a Rafa o Hugo.
México tiene buenos futbolistas, claro está, algunos de ellos han forjado carreras muy respetables en el extranjero, tal es el caso de Héctor Moreno; no así Miguel Layún, quien pese a jugar en Italia, Inglaterra, Portugal y España, no logró consolidarse en ninguno de los equipos y ya ni hablar de ser figura en alguno de ellos.
Hoy de pronto a la distancia, con el mundo en vilo y desde el confinamiento, se lanzan declaraciones a la ligera sobre lo que pudo ser, pero bien dice el propio Villoro que "las ilusiones duran hasta que se topan con la realidad". Y la realidad del futbol mexicano, de la Liga y de sus futbolistas, es la medianía.
México no tiene a 5, 10 o 15 jugadores 'top' en el mundo. De hecho, en la actualidad no hay uno solo. Y el torneo casero encuentra sus mayores emociones (y ya no siempre) en la Liguilla, pero a lo largo de 18 jornadas los equipos navegan en las aguas de la inconsistencia, a sabiendas de que clasifican casi el 50 por ciento de los participantes a la Fase Final.
No hay un tema de malinchismo en estas líneas ni mucho menos es una negación a reconocer los logros de futbolistas mexicanos a nivel local o internacional. Sencillamente se busca dimensionar dónde estamos parados, más allá de declaraciones presuntuosas de hombres de pantalón corto y largo.
Porque en honor a la verdad, señor Bonilla, ni usted se cree eso de que la Liga MX está entre las cinco mejores del mundo. Y hoy menos que nunca, ¿o en la Premier League, España, Italia, Francia o Alemania, ya también desaparecieron el ascenso y descenso?
Y ya no digamos que a Layún lo quiso el Real Madrid, porque hasta suena a 'inocentada'.
Son los equívocos aires de grandeza del futbol mexicano.