Víctor Manuel Aguado fue designado hace tres semanas como responsable del departamento de Logística de la Federación Mexicana de Futbol (FMF); sin embargo, ha ejecutado una serie de despidos masivos, en especial contra mujeres, destacando el caso de Mayte Martínez, nutrióloga de Selecciones Nacionales, quien fue cesada con siete meses de embarazo.
De acuerdo a información publicada por Fox Sports, Mayte lleva más de una década trabajando en el interior de la Federación y estaría dispuesta a renunciar por miedo a represalias o a que la bloqueen de volver a trabajar en alguna otra institución en el futbol mexicano.
La nutrióloga tiene un par de semanas en la Junta de Conciliación y Arbitraje, en donde analiza si emprenderá una demanda laboral para que sea finiquitada de acuerdo a la ley, sobre todo porque ya se encuentra en las últimas semanas de su embarazo.
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Desde su arribo, Víctor Manuel Aguado ha desencadenado una ola de despidos, principalmente contra mujeres. Tiene la idea de limpiar la estructura, aunque sin conocer a profundidad las labores que desempeñan quienes han sido cesados, argumentando “no conocer su trabajo”, por lo que llevaría a personas de su entera confianza.
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Entre las mujeres que fueron destituidas, está Ana Galindo, quien fuera la primera entrenadora mexicana que se hiciera cargo de un combinado varonil al tomar la Sub-17, además de que venía desempeñándose en la femenil Sub-20. También la psicóloga Parma Aragón, la nutrióloga Mariza Guízar y la fisioterapeuta Janneth Serna fueron cesadas.
¿QUIÉN ES AGUADO?
Víctor Manuel Aguado nació el 1 de abril de 1960, es un exportero mexicano que militó en el León y los Leones Negros durante la década de los ochenta y luego pasó al Santos Laguna en 1991. Como estratega dirigió al Veracruz en 1997, Cruz Azul Hidalgo en 1998 y a la selección de Guatemala en el 2003.
Es recordado por haber llegado como secretario técnico del América en el 2005, aunque para el Clausura 2006 fue designado como el timonel de las Águilas; sin embargo, recibía instrucciones desde el palco del entonces directivo Manuel Lapuente, a través de una diadema de intercomunicación. El experimento no duró mucho y Aguado terminó cesado.