Wall Street tuvo este jueves su mayor caída desde la crisis del Lunes Negro de 1987, tras la suspensión de vuelos desde Europa a Estados Unidos y la cancelación de eventos masivos.
El Dow Jones cayó más de 2,300 puntos, un equivalente al 10%. El desplome ocurrió a pesar de varias medidas de estímulo adoptadas por la Reserva Federal y el Banco Central Europeo.
El índice S&P 500 cerró con una pérdida de 260,74 unidades, es decir, un 9.5%. El Nasdaq retrocedió 750,25 unidades, un 9.4%.
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Termina racha alcista de Wall Street
Las fuertes caídas del último mes han eliminado la mayor parte de la racha alcista de Wall Street desde la toma de posesión del presidente Donald Trump.
La turbulencia en los mercados se debe a la creciente preocupación de que la Casa Blanca y otras autoridades de todo el mundo no puedan o no quieran ayudar a la debilitada economía en un futuro próximo.
La crisis del coronavirus provocó este jueves por la mañana una suspensión temporal en las operaciones matutinas por segunda vez esta semana. El intercambio se detuvo durante 15 minutos, cuando una venta excesiva de acciones activó los llamados cortacircuitos, instalados después de la caída del mercado de 1987.
El Dow Jones cayó en terreno bajista por primera vez en más de una década al retroceder más del 20% frente a su récord registrado el mes pasado. De esta forma puso fin a una de las rachas alcistas más largas de la historia de Wall Street. El S&P 500 también se acerca peligrosamente a terreno bajista récord.
Todo esto ocurre luego de que Trump impuso una prohibición a los viajes de la Europa a Estados Unidos. También anunció medidas para dar ayuda financiera a personas y negocios perjudicados por la crisis. Sin embargo, Michael McCarthy, de CMC Markets, dijo que “el mercado juzga que ese anuncio peca por escaso y tardío”.
En Europa los principales indicadores bursátiles cayeron más de 9%, incluso después de que el Banco Central Europeo anunció nuevas medidas de estímulo económico.
Los mercados mundiales sufren oscilaciones violentas en medio de la incertidumbre sobre la gravedad de la pandemia que afectará a la economía.