El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), mostró que en enero se registró una contracción de 4.2%, en términos anuales y que fue provocado por la pandemia del Covid-19.
La caída en el IGAE es un movimiento natural, dado que en enero de 2020 no existía la pandemia y por consecuencia los efectos negativos de ésta. Como parte de los saldos que ha dejado el Covid-19, 2 de las 3 actividades económicas en México se contrajeron significativamente.
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La actividad económica secundaria o de transformación, como son la construcción o industria manufacturera, se contrajo 3.7% anual. En la misma línea, la terciaria que es la dedicada a la distribución de bienes terminados y diversos servicios, registró un detrimento de 4.6% anual.
En el caso de la actividad primaria, dedicada a la extracción y producción de las materias primas utilizadas para obtener productos intermedios o finales, fue la que tuvo un comportamiento positivo durante el episodio pandémico, con 3.1% anual.
El Indicador global de la actividad económica es lo más parecido que tenemos a un PIB mensual, es decir, es un indicador adelantado del Producto Interno Bruto y da una certeza para las proyecciones y decisiones económicas y financieras.
El dato positivo del informe del Inegi es que en términos mensuales, el IGAE presentó en enero, un avance real de 0.1%, respecto a diciembre.
De diciembre a enero, la actividad primaria continuó creciendo y reflejó un avance de 1.8%, mientras que las actividades secundaria y terciaria se contrajeron 0.2% y 0.1%, en ese orden. Podemos concluir que el IGAE mensual es positivo pero anémico.