La calificadora de deuda Kroll Bond Rating Agency (KBRA) mantuvo este jueves su perspectiva negativa en México dado que ven riesgos en la inversión por las leyes de energía eléctrica y de hidrocarburos, que se consideran que no envían una señal correcta a los inversionistas globales.

Kroll Bond también manifestó su preocupación a la poca flexibilidad fiscal a largo plazo que se observa en el aspecto interno, además de un entorno político que frena el crecimiento y la inversión.

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Pero rescató que, "hay una sólida gestión de la deuda… pero preocupa que algunas medidas, como la nueva ley de hidrocarburos y la ley eléctrica no envían una señal alentadora a los inversores privados en esos sectores", agregó que "las elecciones del 6 de junio podrían reforzar el mandato del gobierno para los cambios en la Constitución, lo que la comunidad inversora podría interpretar negativamente".

Aunque Kroll Bond destacó que un aspecto para no degradar la calificación es que México cuenta con líneas de crédito para contingencias que aliviarían una crisis en caso de ser necesario. El país tiene acceso a una línea swap de 60 mil millones de dólares con la Reserva Federal; otra de 9 mil millones con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y una tercera de 64 mil millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), además de amplias reservas de divisas cercanas a los 195 mil millones de dólares y que tiene intenciones de reducir la deuda.

En otro documento, la calificadora Morningstar cambió su perspectiva de negativa a estable, debido a que vio que la economía mexicana se recuperará en 2021 y 2022, por un mayor crecimiento en el mercado estadounidense y a la gran dependencia de México hacia ese país, luego de la caída de 8.2% en el PIB, y que el compromiso del gobierno con las finanzas públicas sostenibles continuará respaldando la estabilidad macroeconómica.

Aunque coincidió con la agencia calificadora Kroll Bond en que, "los malos resultados educativos, la informalidad generalizada y los problemas de gobernanza son la causa de un crecimiento más débil".

Morningstar cree que esta debilidad arrastrada por décadas se prolongará debido en gran parte a las acciones políticas de la administración de López Obrador. Destaca que hay un gasto en infraestructura mal dirigido, una menor dependencia del capital privado en el sector energético y una formulación de políticas poco efectivas, lo que probablemente terminarán limitando la inversión y frenando el crecimiento de la productividad.

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