La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que entre los 36 países que conforman el organismo hay 8 millones de desempleados más que los que había antes de la pandemia.
En total, el organismo calcula que hay 20 millones de personas sin empleo entre sus países miembros y 110 millones en todo el mundo.
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Cierto que el mercado laboral se ha recuperado paulatinamente, pero menciona que parte del empleo que se ha creado tiene horarios inferiores a una jornada completa, es decir, son personas subocupadas, por lo que enfrentan un riesgo cada vez mayor de ingresar al desempleo abierto.
Tan sólo en México, uno de los asociados de la OCDE, en febrero de 2020 tenía una tasa de subocupación del 8.9%, situación que desmejoró por la pandemia hasta alcanzar una tasa del 28.9% en mayo de ese mismo año; no obstante, el mercado laboral de nuestro país ha ido recuperándose; en julio pasado registró aún un 12.7%, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sin embargo hay países como España, que en febrero de 2020 pasó de 13.6% a una de 15.3%. O Colombia, con 12.2% y aumentó a 15.2% la tasa de desempleo.
Pero lo preocupante, menciona la OCDE, es que muchos de los que perdieron sus trabajos en las primeras fases de la pandemia han estado desempleados desde entonces y pueden tener cada vez más dificultades para competir con aquellos trabajadores cuyos empleos han estado protegidos anteriormente.
Con lo anterior existe el riesgo de una rápida comulación del desempleo de larga duración. Según los datos del organismo, a finales de 2020, había al menos un 60% más de personas desempleadas con hasta 6 meses sin encontrar trabajo, y está cifra ha seguido creciendo en el primer trimestre de 2021.
Dentro de las dificultades a las que se enfrentan los trabajadores en los países de la OCDE está el esquema de outsourcing o de subcontratación por un tercero, y señala qué tienden a ganar menos que aquellos empleados en trabajos similares pero internos, lo que sugiere que esta forma de contrato puede ser un factor importante que contribuye a la desigualdad.
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