Aunque el debate fue organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) con el objetivo de que se diera mayor peso a las propuestas que a las descalificaciones personales, los candidatos a la gubernatura de Sinaloa aprovecharon el espacio para enrollarse en discursos vacíos, como ya es costumbre en los debates que organizan las autoridades electorales del país.
De hecho, casi todos repitieron el mismo guion que utilizaron en el debate del pasado 22 de abril, ese sí, gestionado por el Instituto Estatal Electoral de Sinaloa. Incluso las muletillas se repitieron. Y ni se diga de los eslóganes políticos, como el de Mario Zamora, candidato del PRI, el PAN y el PRD, quien no paró de decir: “¡Palabra de sinaloense!”. Ni de atacar a su principal rival, el candidato de Morena, Rubén Rocha Moya, quien ni siquiera asistió al encuentro. “Sinaloa no merece personas que no den la cara”, dijo Zamora.
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Sergio Torres Félix, de Movimiento Ciudadano, tampoco se quedó atrás. En varias de sus intervenciones, repitió las mismas líneas que en el debate anterior pese a que las preguntas, en esta ocasión, sí fueron más variadas. Pero de nada valió. El exalcalde de Culiacán volvió a valerse de sus críticas a Zamora para atraer los reflectores. “Imaginémonos un Sinaloa sin Morena y sin el PRI”, dijo. “Al PRI ya nadie lo quiere, y el PRI no va a ganar. Yo no soy ningún improvisado”. Y sí, también repitió hasta el cansancio su eslogan: “¡Vamos con todo, si no pa qué!”.
Para el experto en discursos políticos y ex director adjunto de discursos de la Presidencia de la República, Luis Antonio Espino, los aspirantes recurren a este tipo de comunicación porque su objetivo principal no es dar a conocer sus propuestas, sino sobrevivir al debate sin cometer un error grave. “Esto se logra apegándose disciplinadamente a mensajes establecidos por los equipos de campaña. La clave está en decir con asertividad frases cortas y atractivas de ataque y defensa para que los medios y las redes sociales las recojan esa noche y, al día siguiente, en el llamado "post debate", los medios declaren un supuesto ganador”, señaló en entrevista con Latinus.
Zamora hizo caso omiso a los ataques de Félix Torres y se concentró en criticar al morenista Rubén Rocha Moya. “Qué lástima del ausente, de Rubén 'el mentiras', que no puede venir a dar la cara, porque no tiene cara para darla”, comentó.
Los otros candidatos sólo se colgaron de esa ola de descalificaciones para cobrar presencia. Ricardo Arnulfo Mendoza, del PES, aprovechó la ausencia de Rocha Moya, para introducir un ataque contra Zamora Gastélum. "Es cierto que el que no da la cara es un cobarde, pero hay quien sí la da, como Zamora, que es un cínico".