Por José Gerardo Mejía
En unas horas, la cargada que acompañó al priista José Yunes Zorrilla a lo largo de su campaña como candidato a la gubernatura de la coalición Fuerza y Corazón por Veracruz se diluyó luego de confirmarse el triunfo de la morenista Rocío Nahle.
El domingo pasado, luego del cierre de casillas, Yunes Zorrilla arribó al Salón GHAL, en medio de un tumulto que no dejó de gritar, aplaudir, abrazarlo, tomarse fotos, grabar cada una de sus palabras y escuchar cuando dijo que había “reportes alentadores”.
Puedes leer: El PREP ratifica la ventaja de Rocío Nahle sobre José Yunes por la gubernatura de Veracruz
Aun sin resultados, los simpatizantes del aspirante opositor gritaron una y otra vez “¡gobernador! ¡gobernador!”, y el “¡sí se pudo! ¡sí se pudo!”, que se apagaron ante la realidad de los resultados oficiales que fueron durante la noche.
En las primeras horas de este lunes, Nahle ya había tomado Plaza Lerdo para cantar su triunfo con decenas de seguidores, por lo que más tarde, Yunes convocó a una conferencia de prensa para fijar su postura sobre las elecciones que lo dejaron en segundo lugar.
El convoy de ocho vehículos, con su equipo cercano que lo acompañó a votar a su natal Perote, se redujo a un puñado de vehículos que no motivó a abrir las puertas del estacionamiento.
El Salón GHAL parecía haberse ampliado de la noche a la mañana, tras desaparecer la cargada para dejar sólo grupos reducidos de seguidores que se abrazaban en vez de saludarse como una forma de consuelo.
“¡Que no decaiga el ánimo compañeros!”, gritó con potencia una voz masculina para seguir con un ¡que viva Pepe Yunes!”, como cuando parte un ser querido en medio de un funeral.
A su lado, como el domingo, estuvo la senadora Beatriz Paredes, quien consideró que tuvieron “una campaña contra una candidata local y con una presencia nacional como nunca, cuenten cuántas veces vino la candidata presidencial de Morena. Cuenten cuántas veces en medio del proceso electoral el presidente”.
“Vinieron a reforzar, incluso con la presencia de la candidata nacional que ha sido electa presidenta, la campaña de quienes fueron nuestros adversarios locales”, apuntó.
Esta vez, ya no hubo quien llevara agua al candidato cuando comenzó a hablar con voz rasposa, mientras su asistente corría por el lugar en busca del líquido; ya nadie se ocupó de gastar en unas botellas.
Fue el propio Yunes quien puso el último clavo en el ataúd: "Prácticamente con actas en un 90% computadas, es incuestionable que la victoria electoral en la elección del 2024 para el gobierno de Veracruz corresponde a Morena", dijo sin parpadear y con la mirada perdida.
“Deseo lo mejor a Veracruz, reconocer el triunfo de Morena y su candidata Rocío Nahle y en ese sentido, tener claridad que Veracruz debe tener muchos temas pendientes”, resaltó.
El fallido aspirante del PRI, PAN y PRD reconoció que no hay posibilidad de impugnar, “no cuando hay una diferencia de casi dos a uno, poco faltó para que fuera dos a uno”.
“Eso es lo que de alguna forma puntualmente se debe reconocer, si hubo incidencias, si hubo otro factor, no puede explicar bajo ninguna circunstancia esa votación”, destacó.
También rechazó que en su campaña hubiera caballos de Troya que operaron para Morena.
“Lo dije en el 18 y lo digo hoy con todas sus letras, no hay ni Judas, ni traidores, no hay circunstancias y quien asume con toda claridad los resultados, de esas circunstancias, soy yo”, afirmó.
Antes de retirarse, Yunes comentó sobre su futuro inmediato: “Qué sigue inmediatamente, hacerme a un lado para que quienes están en la fila, puedan recomponer el escenario desde las perspectivas y valores de nuestra ideología”, y se fue.