La Junta General Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral (INE) realizará una sesión esta tarde para votar y emitir la declaratoria de pérdida de registro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en virtud de no haber obtenido por lo menos el 3% de la votación válida emitida en la elección federal del 2 de junio.
En 1989, el Partido Mexicano Socialista cedió su registro al PRD, que entonces tenía como liderazgos a Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Andrés Manuel López Obrador, además de miembros históricos de la izquierda como Heberto Castillo y Gilberto Rincón Gallardo.
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La votación histórica más alta del PRD fue en la elección presidencial del 2006, cuando postuló por primera vez a Andrés Manuel López Obrador junto con PT y Convergencia; el sol azteca alcanzó 14.7 millones de votos, el 35.31 por ciento del total emitidos.
La baja electoral del partido comenzó después de la separación de López Obrador a finales de julio de 2012 para buscar el registro legal de Morena, agrupación que había empezado a formar desde que fue jefe de Gobierno, de manera paralela a las estructuras del PRD.
Con López Obrador se fueron del partido cientos de militantes perredistas de todas las corrientes, y la única que se mantuvo en el partido fue la agrupación Nueva Izquierda que encabezan Jesús Ortega y Jesús Zambrano, este último actual dirigente nacional del partido.
Zambrano reconoció que en la elección de este año el PRD se desdibujó y se invisibilizó entre su candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, y lo que el oficialismo denominó como el “PRIAN”.
“Aun cuando varias encuestas, confiables para nosotros, nos llegaron a dar hasta el 6%, no pudimos vencer la estrategia oficial que tenía como uno de sus objetivos la desaparición del PRD, ya que era el único partido de izquierda en el país. La gente no nos vio como un instrumento necesario y no nos votó en número suficiente”, reconoció el todavía líder perredista.