Por: Félix Cortes @piroquinesis
Gracias a los blockbusters de Marvel y la saga de Star Wars, entre otras, nos hemos acostumbrado a la presencia permanente de los efectos especiales en nuestras pantallas. Naves en batalla campal por encima de un planeta, invasores del inframundo que llegan a conquistar el nuestro, edificios que se pulverizan al caer, gigantescas olas que destruyen Nueva York (¿por qué siempre Nueva York y no, por ejemplo, Veracruz?)\u2026 Todo eso se ha convertido en acompañante perfecto para una cubeta de palomitas y una soda gigante.
Pero no siempre son tan espectaculares. A veces, los efectos apenas se notan, como cuando se borran postes y anuncios de una escena para que se vea más limpia, o cuando se controlan las volutas de humo de un cigarro para que no tapen los ojos del actor\u2026
O cuando se toman rostros de leyendas del cine para quitarles veinte, treinta, cuarenta años de encima. Esto es lo que ha hecho el extraordinario equipo de Industrial Light and Magic con Robert de Niro y Al Pacino (entre otros) en "The Irishman", y que le valió una nominación al Óscar.
Este equipo es comandado por el veterano Stephane Grabli, e incluye a un chileno (Nelson Sepúlveda) y dos argentinos (Leandro Estebcorena y Pablo Helman, para quien ésta es la tercera nominación). Entre ellos, suman una lista impresionante de blockbusters.
Pero este año, el premio seguramente será para "Avengers: Infinity War". No luck for the Irish\u2026