Bastarán 90 segundos para que los productores de los premios Oscar convenzan a los espectadores de que la ceremonia es diferente, dijo Steven Soderbergh, quien junto a Stacey Sher y Jesse Collins, están a cargo de la gala que se celebrará el próximo 25 de abril.
"Vamos a anunciar nuestra intención inmediatamente. La gente dirá, 'tenemos que ponernos el cinturón de seguridad'", señaló el cineasta.
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Cambiar los Premios de la Academia, una institución estadounidense de 93 años, ha demostrado una y otra vez ser un ejercicio trivial. Se han intentado algunos giros de tuerca en el tiempo, pero el formato básico sigue siendo tenazmente inmutable.
La pandemia por la Covid-19 ha cambiado la premiación como nunca. Cuando la transmisión inicie el 25 de abril por ABC, no habrá público. La base para el show no será la casa regular de los Premios de la Academia, el Teatro Dolby (aunque el Dolby sigue siendo una locación clave), sino Union Station, el ventilado edificio estilo Art Deco-Californiano que sirvió como estación de tren en el centro de Los Ángeles.
Para los productores, los retos de la Covid-19 son una oportunidad para, finalmente, repensar los Oscar.
"En cualquier paso en el proceso creativo de hacer una película, cuando pregunto por qué algo se hará de una cierta manera y la respuesta es 'porque así se ha hecho', esa es una bandera roja real para mí", destacó Soderbergh.
"Este año todos nosotros hemos aprovechado la oportunidad que se nos ha presentado para realmente desafiar esos preconceptos sobre una premiación". agregó.
Sin importar qué tan bueno sea el trabajo que hagan, es casi seguro que los ratings caerán con respecto a los 23.6 millones de espectadores del año pasado.
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El nivel de audiencia de las premiaciones se ha reducido durante la pandemia y este año a los nominados a los Oscar, a pesar de estar ampliamente disponibles en streaming y ser más diversos que nunca, les falta la expectativa que suele generar un año normal.
Soderbergh elogió a los nominados a mejor película como "uno de los grupos de cintas con mayor impulso de autor".
"Mi gran problema siempre ha sido: No es íntimo. No se siente personal. (Y) Estamos en un mundo Covid. Tiene que ser de esa manera, nominados, invitados, presentadores, eso es todo. Ellos son las únicas personas permitidas en la sala. Esa era sencillamente una rara alineación catastrófica y mi preocupación personal", añadió el director de cintas como La gran estafa.
Los productores del Oscar siguen presionando a los nominados para asistir en persona, siguiendo las medidas de seguridad.
Habrá un centro para nominados en Londres, y como se anunció a finales de la semana pasada, también habrá enlaces vía satélite. Parte del material será pregrabado, cada nominado ha pasado 45 minutos con los productores.
Soderbergh tiene la visión de la ceremonia como una película de tres horas, no un webinar.
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"La sensación será de una película en la que hay un tema dominante que se expresa de diferentes maneras a lo largo del show. Así que los presentadores son esencialmente los narradores de cada capítulo", destacó el cineasta.
A nivel técnico, la teletransmisión tendrá un aspecto más de pantalla panorámica y un enfoque más cinematográfico para la música.
Soderbergh, quien se despidió dramáticamente de Hollywood hace ocho años, ayudó a la industria a regresar a la producción durante la pandemia, creando protocolos de seguridad, incluyendo el tipo de pruebas y cuarentenas que serán necesarios para los nominados que asistan la próxima semana.
Los premios de este año, que se aplazaron dos meses, llegan tras un duro año de pandemia para la industria en el que los cines estuvieron cerrados y los servicios de streaming proliferaron. Soderbergh espera que los Oscar sean catárticos y un impulso para Hollywood.
Con información de AP