Agencias.- El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II, murió este viernes a dos meses de su cumpleaños número 100. Un hombre solitario que estuvo 73 años al amparo y silencio de la monarquía.
Su madre y su padre se conocieron en el funeral de la reina Victoria en 1901, a principios de un siglo que transformó a las casas reales.
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Felipe nació el 10 de junio de 1921, en el palacio de Mon Respos, como príncipe de Grecia y Dinamarca, ya que era el único hijo varón del príncipe Andrés de Grecia y de la princesa Alicia de Battenberg.
Con la Primera Guerra Mundial algunas casas reales fueron arrasadas, y la familia de Felipe no estuvo exenta. Su abuelo fue el rey de Grecia y su tía abuela Ella fue asesinada junto con el zar ruso, por los bolcheviques, en Ekaterinberg.
Cuando tenía 18 meses, sus padres, hermanas y él huyeron de Grecia, vivieron exiliados en varios países europeos, pero separados.
Durante su infancia la salud mental de su madre, la princesa Alicia, se deterioró y fue ingresada a un asilo, mientras su padre, el príncipe Andrés, ubicó su residencia en Montecarlo con su amante.
Felipe tuvo que vivir con diferentes parientes reales y en internados sin recibir visitas, como sucedió durante su estancia en la escuela Cheam School, fundada por Carlos I en 1665.
Cuando cumplió 18 años se alistó como cadete en la Real Marina de Gran Bretaña. Fue ahí donde conoció a la princesa Isabel. Un día el rey Jorge VI recorrió el Colegio Naval, acompañado por el tío de Felipe y la futura reina. Se le pidió al joven, primero en su clase, cuidarla.
Al servir a la causa británica durante la segunda gran guerra se alejó de sus hermanas mayores, pues las cuatro se casaron con alemanes. Mientras Felipe luchaba por la Gran Bretaña en la Real Marina, tres de sus hermanas apoyaban la causa nazi.
El príncipe Felipe pasó seis meses en el Océano Índico como guardiamarina a bordo del acorazado HMS RAMILLIES en 1940, hasta que en 1942 se convirtió en el primer teniente de barco más joven, con apenas 21 años.
Fue el 20 de noviembre de 1947 cuando contrajo matrimonio con la princesa Isabel en la Abadía de Westminster, renunciando a su título real y recibiendo, del rey Jorge VI, los títulos de duque de Edimburgo, conde de Merioneth y barón Greenwich, así como el tratamiento de Alteza Real. Ninguna de sus hermanas asistió a la boda.
Tras la guerra, Felipe quiso influir en temas de ciencia, el diseño industrial, la planificación y la educación. También advertía el impacto del consumo masivo en el medio ambiente.
En 1952 tuvo que dejar su carrera como comandante debido a la muerte del rey Jorge VI y el ascenso de Isabel al trono.
Al morir el rey, se convirtió en el consorte de la reina. Estaría siempre a su lado o detrás. En su coronación se arrodilló ante ella e hizo un juramento, se convertiría en el compañero de vida de la monarca.
La pareja tuvo cuatro hijos: Carlos, príncipe de Gales; Ana, princesa real; Andrés, duque de York, y Eduardo, conde de Wessex.
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Cinco años después del matrimonio, Felipe fue nombrado príncipe del Reino Unido por la reina Isabel II. Su servicio se convirtió en acompañar a la reina en las largas giras que interrumpían sus actividades deportivas, industriales o de investigación.
Casi siempre viajaba con ella como compañero; pero también viajó solo. Fue él quien se despidió de las posesiones coloniales en las décadas de 1950 y 1960. También se hizo cargo de la finca en Sandringham y, a lo largo de los años, la reconstruyó.
También fue reconocido por haber fundado el programa del Premio Duque de Edimburgo en 1956, por ser el presidente de cerca de 780 organizaciones enfocadas en la investigación, el medioambiente, el desarrollo científico y el deporte.
En mayo de 2017 anunció su retiro de los deberes reales, por lo que dejaría de llevar a cabo compromisos públicos contando con el apoyo pleno de la reina.