EFE.– La nueva exposición de Yoko Ono, la viuda del beatle John Lennon, en el museo Tate Modern de Londres, “Music of the Mind” (Música de la mente), se propone lo que su nombre sugiere: que el público llegue a la “música” que está en sus pensamientos, dándole un lienzo en blanco para la creación.
Desde el título de la muestra, la mayor de la artista hasta la fecha en el Reino Unido, hasta su contenido, Ono llama a la creatividad de la audiencia, con obras que buscan la interacción y que no concluirán hasta que los espectadores hayan participado en ellas.
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A partir de este 15 de febrero y hasta el 1 de septiembre, el público dejará de ocupar un espacio pasivo para pasar a formar parte de la exhibición, que irá evolucionando, así, a medida que pasen los días, como señaló a EFE Andrew de Brún, comisario adjunto de la exposición.
“Esperamos que los visitantes vengan con ese sentido de la creatividad y de implicación. Ya hemos empezado a verlo y creemos que puede generar interacciones únicas”, dijo De Brún durante la presentación de la muestra este martes.
Pisar una obra de arte, atravesar un lienzo para dar la mano a otra persona \u2014conocida o no\u2014, usar un martillo para poner un clavo en la pared o jugar a un ajedrez totalmente blanco “hasta que dejes de recordar dónde están tus piezas” son varias de las posibilidades de interacción que se encuentran en “Music of the Mind“.
A través de ellas, Yoko Ono llama a la acción del público, que debe crear y sobre todo a imaginar, como planteó la directora de la Tate Modern, Karin Hindsbo, en la introducción de la exposición.
De esta forma, serán los asistentes quienes se encargarán de terminar algunas de las obras de la exposición, una interacción que es fundamental para Ono, según apuntó De Brún a EFE, por lo que destacó que la gente debe tener la mente muy abierta a la creación.
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Además, muchas de estas obras poseen un componente de reivindicación, como ocurre con el proyecto “Add Colour (Refugee Boat)” (“Añade color (Barco de refugiados)”), que ocupa toda una sala blanca en cuyo centro hay una pequeña barca del mismo color.
En esa habitación, el público podrá pintar el barco y las paredes con rotuladores azules, en referencia al color del mar hacia el que se embarcan muchas personas en busca de un futuro mejor y planteando, así, una reflexión sobre la crisis migratoria.
Con el sonido de la artista respondiendo a una llamada de teléfono (“Soy Yoko”) y una frase blanca pintada en la pared gris que dice: “Esta habitación se mueve a la misma velocidad que las nubes”, la exposición recibe a los asistentes.
A partir de ahí, las más de 200 obras que tiene “Music of the Mind” examinan siete décadas de la trayectoria artística de la que fue pareja del líder y fundador de los Beatles, John Lennon.
Las ideas y la reflexión alrededor de distintos conceptos vehiculan la exposición, que da inicio con los primeros pasos de Ono en el mundo del vanguardismo en Nueva York y Tokio, para llegar a sus cinco años de estancia en el Reino Unido desde 1966, cuando conocería al músico.
Instalaciones, pinturas, fotografías, esculturas y piezas de audio componen el puzzle de “Music of the Mind”, donde la artista plantea un enfoque radical para examinar el lenguaje, el arte y la participación.