EFE.- La escritora mexicana y firme defensora de los derechos humanos, Brenda Navarro, sostiene que existe “un discurso un poco esquizofrénico” respecto a la migración, y cree que hay “mecanismos específicos” para que la sociedad migrante no pueda integrarse plenamente a su nuevo país.
“En ese discurso te dicen, no soy racista me encanta la comida mexicana, pero por otro lado se quejan de que ‘hay un moro’ viviendo cerca de sus casas”, explica en una entrevista que le realizó la agencia EFE.
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Navarro, residente en Madrid, se encuentra en Alicante donde participa en una cita literaria organizada por la universidad de esa ciudad española (UA), el Centro de Estudios Literarios Iberoamericanos Mario Benedetti (CeMaB) y el Máster en Estudios Literarios (MaESL).
Según la escritora mexicana, la sensación de rechazo hacia los migrantes en España “no viene precisamente de la sociedad, sino de las leyes”.
“Hay una ley de extranjería que es muy dura y que es un pez que se muerde la cola porque para que se otorguen los papeles de regularización se solicitan cosas imposibles: por un lado, se pide que estés tres años sin papeles para que los puedas solicitar, pero, por otro, te penaliza todo el tiempo la no legalidad dentro de sus propias normas”, afirma.
“Lo interesante es que muchas de las personas latinoamericanas y de otros lugares diferentes de origen se están organizando y están haciendo muchas iniciativas justamente para pedir esos derechos, y la sociedad española no lo percibe como un tema urgente o importante que se deba de resolver inmediatamente”.
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A su juicio, más que sentirse “ciudadanos de segunda“, es el Estado español el que los tiene así al no otorgarles los derechos que los tratados internacionales recogen respecto a este tema dentro de la Unión Europea.
Navarro asegura igualmente que “la identidad existe y, además, se impone. Es como decir, tú eres latinoamericano, entonces respondes a ese tipo de prejuicios y estereotipos establecidos y, si no encajas dentro de los mismos, generas un conflicto”.
“Pero también tiene que ver mucho con cómo se estructura actualmente la sociedad española, en la que, por ejemplo, muchos padres españoles prefieren llevar a sus hijos a colegios concertados porque la educación pública está llena de personas migrantes y está siendo castigada con los presupuestos”, añade.
La también socióloga y economista cree que “todos los Estados nación, no sólo España, están construidos para creer que la otredad es un enemigo”.
“Siempre han tenido ese objetivo de defender lo que consideran que es suyo, sus códigos culturales, sus estructuras políticas, y cuando sienten una amenaza”, se genera “todo ese discurso antiinmigratorio“, considera.
Navarro califica de “perverso”, el hecho de que, en el siglo XXI, todo lo que tiene que ver con fronteras “es un negocio tremendo, no para el Estado, sino para corporativos específicos que crean esos discursos de odio, que dicen que los migrantes van a quitar el trabajo, que no se adaptan o que son terroristas”.
Y finalmente, “terminan por decir: lo que necesitan es o dejarlos en su país o meterlos en una encadenada producción en la que no se puedan dar derechos laborales”, concluye su reflexión la mexicana.