EFE.- En Europa existen cientos de parques nacionales. Son espacios espectaculares, donde puede observarse una gran variedad de fauna, flora, paisajes, relieves y fenómenos de la naturaleza. Algunos de ellos resultan inolvidables para quien los visita.
Los parques nacionales son grandes espacios naturales al aire libre, con una gran riqueza biológica y geológica, protegidos mediante un régimen jurídico especial para asegurar la preservación de su vida silvestre y su medio ambiente, y cuya conservación ha sido declarada de interés nacional por ser representativos de una zona geográfica o ecosistema.
Son espacios singulares, escasos e infrecuentes, en los que prima la "no intervención" y el principio de permitir el libre devenir de los procesos naturales, compatibilizando la conservación de los valores naturales contenidos en los parques, con su uso y disfrute por parte de los ciudadanos, y también con investigación y el aumento del conocimiento científico, según autoridades públicas.
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Los usuarios del buscador de vuelos y hoteles Jetcost han valorado los mejores parques nacionales del Viejo Continente y elegido los que consideran más atractivos, tanto para un paseo tranquilo como para tomar fotografías espectaculares, y aquí presentamos una selección de siete de ellos.
Algunos de estos parques nacionales europeos están inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco como sitios naturales y permanecen sujetos a mecanismos de protección y gestión legislativos, reglamentarios o contractuales que garanticen su salvaguarda a largo plazo para las generaciones futuras.
Plitvice: Lika, Croacia
Conocido como el “paraíso del agua”, este parque cuenta un conjunto de lagos profundos que se comunican por bellas cascadas y encantadores arroyos, y que cambian de color según la hora del día, pasando de un intenso turquesa, a verde menta, gris o azul.
Al seguir su curso a través de rocas dolomíticas y calcáreas, las aguas de Plitvice han ido formando a lo largo de milenios presas naturales que a su vez han dado lugar a la formación de una serie de lagos, cavernas y cascadas de una belleza espectacular. En invierno, las cataratas parecen estar congeladas en movimiento y los lagos helados adquieren el tono del cielo.
Dartmoor: Devon, Inglaterra
Con sus páramos salvajes y abiertos, y sus valles fluviales profundos, junto con su rica historia y su fauna poco común, Dartmoor es un lugar único, que está reconocido como uno de los paisajes más bellos y con mejores senderos para caminar, localizados en el Reino Unido, según los expertos.
Una característica unificadora y destacada en este parque es el granito, roca que conforma los numerosos "tors" (colinas graníticas) distintivos de las tierras yermas altas.
Entre sus monumentos prehistóricos destacan el Beardown Man, un "menhir" megalítico de 3.5 metros de altura cerca de Devil's Tor, así como numerosos restos de cabañas de piedra.
Selva Negra: Baden-Wurtemberg, Alemania
Escondido en el sudoeste de Alemania, el Parque Nacional de la Selva Negra parece el escenario perfecto para un cuento de hadas. Este macizo montañoso con una gran densidad forestal ofrece un paisaje único, con valles profundos, páramos y humedales, lagos cristalinos de origen glaciar y bosques de abetos, hayas, píceas, abedules, llenos de vida.
Una característica especial de este parque nacional son sus zonas de pastos y brezos, llamadas Grinden, situadas en las zonas altas, donde se puede caminar o montar en bicicleta y a menudo se pueden escuchar y observar pájaros carpinteros y cucos. De hecho se considera que en la Selva Negra se originó el reloj de cuco.
Dolomitas de Belluno: Véneto, Italia
El parque, situado en el límite sur de la cadena montañosa de las Dolomitas, representa un sector de los Alpes con un reconocido interés medioambiental, que incluye entornos variados, como las zonas ribereñas del fondo del valle y las paredes rocosas de gran altura, así como bosques frondosos y de coníferas, matorrales de gran altitud, pastizales y pedregales.
En las Dolomitas, diversas especies vegetales y animales encuentran un hábitat perfecto: rebecos, ciervos y corzos, pero también zorros y marmotas, tejones y ardillas, armiños y martas, así como grandes carnívoros como osos, linces y lobos.
Écrins y Altos Alpes: Francia
Los Alpes franceses se muestran en su máximo esplendor en el Parc National des Écrins, un paraíso para caminantes y alpinistas; punto de enlace entre los Alpes del Sur y del Norte, y macizo montañoso de renombre internacional debido a su centenar de cumbres de más de 3 mil metros de altitud.
Más de 700 kilómetros de senderos señalizados permiten recorrer a pie las cumbres escarpadas, glaciares, vastas praderas alpinas, lagos de montaña y torrentes de este sitio de alta montaña soleado durante todo el año, descubriendo sus magníficos paisajes y su excepcional biodiversidad animal y vegetal.
Picos de Europa: Asturias, Cantabria y León, España
Este Parque Nacional, poblado de robledales y hayedos, es un ejemplo del ecosistema atlántico. Toma su nombre de las impresionantes formaciones rocosas que aquí existen, y está distribuido entre 11 pueblos habitados, ofreciendo al visitante una experiencia que lo diferencia de otros parques.
Decenas de senderos bien señalizados enlazan prados, lagos cristalinos, gargantas fluviales y espectaculares picos de piedra caliza, los cuales ofrecen un refugio para gatos monteses, osos pardos y lobos ibéricos y otros especies de vida silvestre.
En este parque destaca el impresionante Picu Urriellu, de 2 mil 519 metros de altitud, también conocido como El Naranjo de Bulnes, donde los escaladores experimentados trepan por sus paredes o realizan una caminata hasta su base para disfrutar de las vistas.
Durmitor: Montenegro
Configurada por la acción de los glaciares y surcada por ríos y aguas subterráneas, esta reserva natural de belleza asombrosa incluye el río Tara, con gargantas sumamente profundas, y a lo largo de cuyo curso se extienden tupidos bosques de coníferas con una importante flora endémica y lagos de aguas límpidas.
Uno de los puntos destacados es el lago Crno Jezero, de origen glaciar situado a más de mil 400 metros de altura y compuesto por dos lagos de aguas transparentes y llamativos tonos esmeralda y turquesa, rodeados de altas montañas y bosques frondosos.
Igualmente atractivo es el cañón del río Tara, uno de los más largos del mundo, con 78 kilómetros de longitud y casi mil metros de desnivel en su tramo más profundo.