El cohete Starship de SpaceX, el más grande y potente del mundo, explotó poco después de su despegue desde la base de Boca Chica, en Texas, después de superar varios retrasos técnicos que habían demorado su vuelo en tres ocasiones previas, incluida una cancelación el lunes por problemas en el recuento previo.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, en inglés) suspendió los vuelos a los aeropuertos de Miami, Fort Lauderdale, Palm Beach y Orlando por "restos de lanzamiento espacial" hasta al menos las 8:00 de la noche.
El esperado vuelo de prueba había sido anunciado con entusiasmo, con SpaceX destacando las pruebas innovadoras que se realizarían durante la misión.
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Kathy Tice, ingeniera de la compañía, había señalado previamente que la emoción estaba garantizada debido a las pruebas inéditas, tras resolver los problemas técnicos que habían llevado a los retrasos.
A las 6:30 de la tarde, hora local (23:30 GMT), el cohete impulsado por el propulsor Super Heavy logró despegar sin problemas iniciales, lo que generó grandes expectativas tras la explosión del séptimo vuelo de la nave en enero.
Sin embargo, pocos minutos después de elevarse, se produjo una explosión que terminó con la misión. La detonación ocurrió mientras el cohete aún estaba en los primeros tramos de su ascenso, enviando una nube de humo al cielo de Texas.
Usuarios en redes sociales registraron en videos la caída a tierra de los restos del cohete.
Con información de EFE.