AP. – Amy Coney Barrett, la nominada de Donald Trump a la Corte Suprema, se negó a decir que la práctica de la actual administración de separar a los niños migrantes de sus familias en la frontera entre Estados Unidos y México está mal.
Barrett estaba respondiendo a una pregunta del demócrata Cory Booker, senador por Nueva Jersey, durante una audiencia de confirmación el miércoles cuando dijo que no podía verse envuelta en un debate respecto a la políticas de inmigración de la administración de Trump.
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"Es un tema candente y de debate político respecto al cual no puedo expresar una opinión o involucrarme", dijo la jueza conservadora.
Barrett ha evitado involucrarse en varios temas en las audiencias de confirmación, incluido si el presidente tiene el derecho de postergar las elecciones. Los demócratas han mostrado una fuerte oposición a la candidata de Trump, pero tienen pocas esperanzas de evitar el nombramiento porque la cámara alta del Congreso está controlada por los republicanos.
La administración de Trump separó a más de 2 mil 500 niños de sus padres en la frontera durante la primavera y el verano del 2018. La práctica fue duramente criticada y calificada como inhumana por líderes mundiales, legisladores y grupos religiosos.
Investigaciones posteriores concluyeron que miles pueden haber sido separados, pero la falta de registros de la administración hizo imposible comprender completamente cuántos. La administración de Donald Trump todavía está en los tribunales por la política.
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Durante la audiencia de confirmación del miércoles, Booker lamentó que Barrett no pudiera hacer una afirmación "con la que la mayoría de los estadounidenses estarían de acuerdo" y dijo que es una "cuestión básica de derechos, decencia y dignidad humana".