Argeo Cruz tiene todo para participar en las pruebas calificatorias para representar a Estados Unidos en la maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, menos la ciudadanía del país que le ha visto crecer.
Cruz es un mexicano de 27 años graduado y entrenador asistente de la Florida Gulf Coast University (FGCU) y está amparado en el alivio migratorio conocido como Acción Diferida (DACA). Pero cuenta que su estatus legal le impide seguir con sus aspiraciones olímpicas.
“Me dolió porque mi intención era representar a la comunidad de Immokalee (Florida), donde crecí, (…) también para representar a los hispanos, poner una imagen positiva a la comunidad. Por eso me dolió más”, señala el joven.
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Con un tiempo inferior a dos horas y 19 minutos en una maratón en Houston, Texas, en enero pasado, Cruz clasificó para batirse este sábado en Atlanta, Georgia, para correr este verano en Japón en representación de EU.
Sin embargo, al hacer el papeleo supo que aún le faltaba camino para su particular “sueño americano”.
Cuenta que su familia es de Oaxaca, en el sur de México, y que llegó a Estados Unidos con su madre y su hermana menor cuando tenía 11 años. Se reencontraron con su padre, quien trabajaba en los cultivos de tomates, cítricos y chile jalapeño en Immokalee, en el centro de Florida.
El mexicano comenzó a correr hace doce años para calmar la ansiedad que le producía ser indocumentado.
“Desde que era joven me enteré que no tenía papeles, eso a mí siempre me dio mucho temor porque en cualquier momento podría ser arrestado, deportado”, explica.
Como cualquier dreamer en EU, Cruz se las arregló para lidiar con la falta de ayuda pública para continuar con su educación, para sacar un permiso de trabajo y las barreras para poder manejar un auto.
“A pesar de todo lo que he pasado, poder correr es un alivio, encuentro mucha felicidad cuando corro. En la secundaria, cuando me sentía triste y tenía miedo de deportación, era como un escape”, dice.
El mexicano también encontró en 2012 un alivio migratorio con DACA, decretado por el entonces presidente, Barack Obama. DACA le ayudó a obtener un permiso de residencia y trabajo temporal.
“Me siento más seguro, sé que no podré ser arrestado”, afirma Cruz.
Otro de los obstáculos que enfrentó como indocumentado fue el no poder ir a México al funeral de su padre, quien había regresado a su país.
“Si salgo de Estados Unidos ya no puedo regresar y pierdo mi estatus de DACA”, se lamenta.
Por eso, tampoco contempló la posibilidad de intentar representar a su país natal, México, en Tokio 2020.
Cruz trató de apelar la decisión del Comité Olímpico de EU, pero le pidieron una prueba que dijera que para cuando sea la competencia, él sería ciudadano. “Para mí está descartado porque yo soy DACA”, subraya. Las pruebas se realizarán el próximo sábado.
“No voy a parar de correr, es difícil no poder competir. Pero la ocasión sigue ahí, con la esperanza de poder correr en las pruebas olímpicas de maratón de 2024 de Estados Unidos”, que le podrían dar, si consigue la ciudadanía, un boleto para participar en los Juegos de París.
Con información de EFE