Por Viviana Huizar
Norma McCorvey tenía 23 años y utilizó el seudónimo "Jane Roe" para proteger su identidad durante el largo proceso para pedir a la Corte Suprema de Estados Unidos que le permitiera abortar.
Era 1973 y su caso marcó el precedente para que millones de mujeres estadounidenses puedan ejercer el derecho a decidir sobre su cuerpo.
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En primera instancia, la Corte falló en su contra. El fiscal Henry Wade se oponía a permitirle un aborto legal. Jane Roe argumentó ante la justicia que había sido violada y el caso dio un giro a su favor.
La historia antes de Jane Roe
Norma McCorvey tuvo una infancia con un ambiente familiar violento. Su padre la abandonó de niña y su madre era alcohólica. A los 10 años de edad la internaron en una institución tras ser acusada de cometer varios delitos. Cuando volvió a casa, aseguró haber sido violada por un familiar en repetidas ocasiones.
Se casó, y a los 16 años tuvo a su primera hija, pero se divorció porque su esposo la golpeaba. A los 18 tuvo a su segunda hija y otorgó la custodia al padre, a quien pidió que no la volviera a contactar.
En 1969, Norma quedó embarazada por tercera vez y quería abortar. Vivía en Dallas, donde sólo se hacían excepciones legales si la mujer quedaba embarazada por violación.
El juicio de Jane Roe
El juicio de Roe v. Wade duró tres años y, para cuando se resolvió, Norma ya había parido y dado en adopción a su tercera hija.
La Corte Suprema falló a favor de Roe, lo que sentó precedente para legalizar el aborto. Por mayoría de siete a dos, los ministros del máximo tribunal determinaron que las mujeres debían tener la libertad para tomar decisiones reproductivas sin intromisión del Estado.
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Años más tarde se supo que Norma mintió al decir que había sido violada. Sus abogadas la alentaron a hacer esas declaraciones. Aseguraron que su única intención era lograr que fueran las mujeres quienes pudieran determinar si querían o no abortar.
¿Cuál es la situación actual del aborto en EU?
El Guttmacher Institute, organismo especializado en derecho al aborto, estima que una de cada cuatro mujeres en EU tendrá un aborto durante su vida.
Desde el fallo de Roe v. Wade, activistas y políticos antiabortistas han intentado revocar esta sentencia, y los ataques aumentaron cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
En enero de 2017, Trump emitió una orden ejecutiva para prohibir que se destine presupuesto federal a grupos que brinden información sobre el aborto. En 2019, designó a dos nuevos jueces de la Corte Suprema contrarios al aborto.
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El informe más reciente del Guttmacher Institute indica que la tasa de abortos en 2017 en Estados Unidos fue de 13.5 por cada mil mujeres de entre 15 y 44 años, "la más baja jamás observada en el país". En 1973, el año en que el aborto se legalizó en el país, la tasa fue de 16.3.
Según el reporte, 29 de los 50 estados de la Unión Americana se consideran hostiles hacia el derecho al aborto, 14 estados son solidarios y siete están en un punto intermedio.
El informe también señala que en 2019, 58% de las estadounidenses en edad reproductiva (casi 40 millones de mujeres) vivían en estados considerados hostiles al derecho al aborto. En contraste, 24 millones de mujeres en edad reproductiva (35% del total) vivían en estados que apoyaban este derecho.
Arkansas, Kentucky, Missouri y Utah, por ejemplo, prohíben abortar si el feto tiene o es propenso a tener síndrome de Down. En Kentucky, incluso se prohíbe el examen médico para detectar anomalías genéticas. En Montana, las mujeres deben hacerse un ultrasonido minutos antes de abortar.
Derecho al aborto, en la línea de fuego
Esta semana, la Corte Suprema de EU analiza una ley aprobada en 2014 en Luisiana que exige que los médicos que realicen abortos tengan privilegios de admisión en hospitales. Es la primera vez que la Corte analiza un caso de aborto con una mayoría de jueces que han demostrado estar en contra de él, por lo que se teme que el fallo respalde la ley de Louisiana y siente un precedente que obstaculice el acceso al aborto a nivel federal.