Las autoridades federales de Estados Unidos estaban bajo presión para desarrollar una estrategia nacional para hacer pruebas de Covid-19 a gran escala, luego de que expertos en salud advirtieran que los esfuerzos actuales son insuficientes para permitir una reapertura segura del país.
Ante esto, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció lo que la Casa Blanca llamó un "plan" que deja a los estados la responsabilidad de desarrollar sus propias estrategias de respuesta rápida a la crisis.
Los gobernadores, y autoridades de salud pública presionaban al gobierno federal para desarrollar un plan que acapare las necesidades del país. El Washington Post reportó que como respuesta, la Casa Blanca emitió un documento detallando el plan. Ahí, promete que la respuesta federal incluirá "dirección estratégica y asistencia técnica" para que cada gobernador desarrolle un plan a nivel estatal.
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La Casa Blanca también prometió la capacidad para "alinear los suministros y la capacidad de las pruebas de laboratorio conforme a las necesidades existentes y anticipadas".
Donald Trump anunció el plan en una conferencia de prensa en donde se reunieron algunos de los principales productores de pruebas quienes dijeron haber aumentado la producción de suministros. Además, autoridades federales prometieron que se realizarán al menos 8 millones de pruebas cada mes para el final de mayo.
Trump insistió en se tendría la cantidad suficiente de pruebas, aunque no dejó claro cómo funcionará su estrategia.
En semanas pasadas, las autoridades estadounidenses reportaron un promedio de 218 mil pruebas diarias. En total, se estarían realizando alrededor de 6 millones 540 mil pruebas por mes, una cantidad mucho menor a la nueva meta impuesta por el presidente.