La Corte Suprema de Estados Unidos mantuvo en vilo este lunes a cientos de miles de inmigrantes amparados por el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Miles de “dreamers” o “soñadores”, como se conoce a los jóvenes que hace años entraron irregularmente al país junto con sus padres, esperaban con ansia un posible pronunciamiento de la máxima instancia judicial de Estados Unidos. Dicho programa concede dos años de permiso de trabajo y residencia en Estados Unidos. Fue creado en el 2012 por el entonces presidente, Barack Obama.
Pero en el 2017, el presidente Donald Trump eliminó el programa. Esa decisión dio pie a una prolongada disputa judicial que ha llegado a la Corte Suprema y cuyo fallo se espera para fines de junio.
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La Corte Suprema, sin embargo, sí dictaminó por 7 votos a favor y 2 en contra, que los inmigrantes que corren el peligro de ser torturados, si son deportados de vuelta a su país, pueden apelar esa deportación ante los tribunales federales.
El falló inició por el caso Nidal Khalid Nasrallah, un residente permanente legal que llegó a Estados Unidos en el 2006. El gobierno estadounidense había iniciado los trámites de deportación después que Khalid fuera condenado por vender cigarrillos robados a agentes federales encubiertos y fuera sentenciado a un año en prisión.
La administración de Trump había argumentado que un extranjero condenado por un crimen y ya en proceso hacia la deportación no podía apelar a los tribunales si el Departamento de Justicia ha decidido que no califica para las protecciones ante la Junta de Apelaciones de Inmigración.