AP.- El gobierno de Estados Unidos realizó este martes su primera ejecución federal en casi dos décadas: un supremacista blanco que mató a una familia de Arkansas en la década de 1990 como parte de un complot para construir una nación sólo para blancos en el noroeste del país. 

Daniel Lewis Lee, de 47 años, murió por inyección letal en la prisión federal de Terre Haute, Indiana. Momentos antes de su ejecución, Lee reiteró que él no mató a esa familia.

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"He cometido muchos errores en mi vida, pero no soy un asesino. Están matando a un hombre inocente", dijo Lee.

Daniel Lewis Lee fue declarado muerto a las 8:07 de la mañana.

Esta ejecución –la primera por parte de la Oficina de Prisiones desde 2003– generó un fuerte debate entre grupos de derechos civiles y los propios familiares de las víctimas de Lee, quienes presentaron una demanda para tratar de detenerla, citando el temor por el coronavirus.

Ellos argumentaban que Lee merecía cadena perpetua, mas no la ejecución; ya que el otro acusado y presunto cabecilla del grupo, Chevie Kehoe, recibió prisión de por vida.

Los críticos argumentaron que el gobierno estaba creando una urgencia innecesaria para obtener beneficios políticos antes de las elecciones de noviembre.

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"El gobierno ha estado tratando de presionar por estas ejecuciones a pesar de que persisten muchas preguntas sin respuesta sobre la legalidad de su nuevo protocolo de ejecución", afirmó Shawn Nolan, uno de los abogados de varios hombres que enfrentan la ejecución federal.

Incluso, la Corte Suprema de Estados Unidos intervino este martes y votó a favor de la ejecución con un fallo de cinco a cuatro.

Hay otras dos ejecuciones en puerta: Wesley Ira Purkey, el miércoles; y Dustin Lee Honken, el viernes. Otra persona, Keith Dwayne Nelson, será ejecutada en agosto.