La administración de Joe Biden está poniendo miles de millones de dólares a disposición de los fabricantes de medicamentos para aumentar la producción nacional de vacunas contra la Covid-19 con la esperanza de desarrollar la capacidad para producir mil millones de inyecciones adicionales por año para compartir con el mundo, informó The New York Times el miércoles, citando a altos asesores de la Casa Blanca.
La inversión en la producción de vacunas forma parte de una asociación público-privada para abordar las necesidades a nivel local y en todo el mundo y también para prepararse para futuras pandemias, dijo al Times el doctor David Kessler, que supervisa la distribución de vacunas, y Jeff Zients, el coordinador del equipo de la Casa Blanca contra la Covid.
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Se estima que el plan costará varios miles de millones de dólares y se pagará con fondos del Plan de Rescate de Estados Unidos (American Rescue Plan) que Biden convirtió en ley en marzo, dijo Kessler al Times.
“Se trata de asegurar una mayor capacidad contra las variantes de la Covid y también de prepararse para la próxima pandemia“, agregó.
“El objetivo, en el caso de una pandemia futura, un virus futuro, es tener capacidad de vacunas dentro de los seis a nueve meses posteriores a la identificación de ese patógeno pandémico y tener suficientes vacunas para todos los estadounidenses“, afirmó.
En el marco de la nueva iniciativa, la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado y Desarrollo del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) está solicitando empresas farmacéuticas que hayan demostrado la capacidad de fabricar vacunas de ARNm más efectivas para licitar por inversiones gubernamentales para ampliar sus capacidades de fabricación. Los fabricantes de medicamentos Pfizer y Moderna producen las dos inyecciones de ARNm aprobadas por Estados Unidos.
La administración Biden cree que la capacidad mejorada de las vacunas contra la Covid-19 ayudará a aliviar la escasez global de dosis, particularmente en países de ingresos bajos y medianos, deteniendo las muertes evitables y limitando el desarrollo de variantes potencialmente nuevas y más peligrosas del virus.
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La iniciativa se produce cuando la Casa Blanca de Biden se ha enfrentado a una creciente presión en el país y en el extranjero por la desigualdad en el suministro mundial de vacunas, a medida que Estados Unidos avanza hacia la aprobación de las vacunas de refuerzo para todos los adultos mientras las personas vulnerables en las naciones más pobres esperan su primera dosis de protección.
Aún no hay acuerdos firmes con Moderna o Pfizer para asumir la inversión en Estados Unidos, pero la administración Biden espera que la capacidad de fabricación mejorada, a través del apoyo a las instalaciones, equipos, personal o capacitación de la compañía, esté disponible a mediados de 2022 para permitir que se compartan más dosis contra la Covid-19 en el extranjero, así como para prepararse para la próxima emergencia de salud pública.
Con información de AP y Reuters