El número de menores migrantes no acompañados que cruzó la frontera hacia Estados Unidos el pasado mes de marzo se elevó a más de 18 mil 500, rompiendo el récord anterior del país.
Los datos, rescatados por NBC News de un reporte preliminar de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), señalan que el total de marzo es un 60% más alto que el récord mensual anterior, de 11 mil 494 menores migrantes no acompañados en mayo de 2019.
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En total, las autoridades estadounidenses detuvieron a más de 171 mil migrantes en la frontera con México en marzo, según datos preliminares compartidos con Reuters, el mayor total mensual en dos décadas y la más reciente señal del creciente reto humanitario al que se enfrenta el presidente Joe Biden.
El total incluye unos 53 mil miembros de familias que viajan juntos, según las cifras preliminares. Los adultos solteros representan aproximadamente 99 mil.
Los datos aún son preliminares y pueden llegar a cambiar antes de su publicación oficial.
El gobierno de Biden está intentando encontrar alojamiento para los niños no acompañados que llevan días atascados en los abarrotados puestos fronterizos y centros de procesamiento.
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El sistema de refugios que alberga a los niños se ha visto desbordado y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por su sigla en inglés) se ha apresurado en las últimas semanas a abrir refugios de emergencia, incluyendo centros de convenciones de Dallas y San Diego.
Mientras el gobierno del presidente Joe Biden lidia con cómo albergar a miles de menores no acompañados que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México, activistas dicen que poner fin a la práctica de separar a niños de los familiares que los cuidan ayudaría a reducir el hacinamiento bajo custodia gubernamental.
Según la ley de inmigración de Estados Unidos, las familias se definen estrictamente como los niños y sus padres o tutores legales.
Los niños separados de abuelos, tías, hermanos mayores y otros familiares se consideran como "no acompañados" y se envían a albergues u hogares de acogida supervisados por el HHS hasta que puedan ser entregados a un patrocinador certificado, generalmente uno de los padres o un familiar cercano.
Activistas que defienden los derechos de los migrantes dicen que las separaciones son, en muchos casos, innecesarias. Argumentan que miles de niños podrían permanecer fuera del sistema de albergues si fueran liberados con los familiares que los acompañan para realizar el proceso de solicitud de asilo en Estados Unidos.
Con información de Reuters