Reuters – Los líderes republicanos le dijeron el miércoles al presidente Joe Biden que están en contra de cualquier aumento de impuestos para financiar una recuperación económica tras la pandemia, un golpe a los planes del mandatario de gastar billones de dólares en infraestructura, educación y atención infantil de Estados Unidos.
En su primera reunión en la Casa Blanca desde que Biden asumió el cargo en enero, los líderes republicanos del Senado y la Cámara de Representantes, Mitch McConnell y Kevin McCarthy, respectivamente, manifestaron su voluntad de trabajar con el presidente en proyectos de infraestructura, pero marcaron el límite en los aumentos de impuestos.
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Eso es un revés sobre los esfuerzos de la Casa Blanca para que el Congreso apruebe un proyecto de ley de infraestructura de 2.25 billones de dólares y un plan de educación y cuidado infantil de 1.8 billones de dólares.
“No encontrarás republicanos que vayan a subir los impuestos. Creo que eso es lo peor que puedes hacer en esta economía”, dijo McCarthy después de las conversaciones en la Oficina Oval. Citó el aumento de los precios de la gasolina como una razón para no respaldar los aumentos de impuestos.
McConnell afirmó que los republicanos “no están interesados” en reabrir una reforma de 2017 que redujo los impuestos para las empresas y los ricos bajo el mandato de Donald Trump. “Ambos le dejamos eso claro al presidente. Esa es nuestra línea roja”, aseguró.
Los planes de recuperación de Biden han enfrentado una fuerte resistencia de los republicanos en el Congreso, con desacuerdos respecto al precio, el alcance y las propuestas de financiamiento.
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Antes de que un ciberataque contra un oleoducto provocara un aumento repentino de los precios del combustible en los últimos días, los republicanos y los grupos empresariales propusieron aumentar los impuestos a la gasolina, una forma más tradicional de financiamiento de la infraestructura.
Los planes de inversión de Biden y la intención del demócrata de gravar a los estadounidenses ricos y a las empresas para cubrir el costo tienen apoyo entre los votantes de ambos partidos.
La historia reciente no augura algo bueno para un acuerdo. Ningún republicano votó a favor del plan de ayuda económica de Biden, de 1.9 billones de dólares, que fue aprobado en marzo.
El líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, el demócrata Steny Hoyer, señaló el martes que el gobierno de Biden “no va a esperar mucho tiempo si no ve que el acuerdo es posible”.
Preguntado el miércoles en la Oficina Oval sobre cómo esperaba llegar a un consenso, Biden bromeó diciendo que simplemente “chasquearía los dedos”.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que Biden no busca aumentar los impuestos a los trabajadores. El mandatario ha dicho que quiere incrementar la tasa impositiva corporativa del país a entre el 25% y el 28%, desde el 21%, para pagar la infraestructura que tanto se necesita.
McCarthy llegó a las conversaciones de la Casa Blanca poco después de liderar a sus colegas republicanos de la cámara baja en la expulsión de Liz Cheney del liderazgo del partido, por rechazar las falsas afirmaciones de Trump de que Biden le robó las elecciones del año pasado.
McCarthy, quien ha tratado de aplacar a Trump, calificó su despido como necesario para unificar a los republicanos y recuperar el control de la Cámara de Representantes en 2022.