El entonces presidente de Estados Unidos Donald Trump dijo a varios de sus asesores en 2020 que quien hubiera filtrado información sobre su estancia en el búnker de la Casa Blanca para protegerse de las protestas antirracistas había “cometido traición” y debería “ser ejecutado” por compartir detalles de ese episodio con la prensa.
Este caso y otros episodios que se vivieron durante la estancia de Trump en la Casa Blanca se describen en un nuevo libro del reportero del Wall Street Journal Michael Bender, al que tuvo acceso la cadena informativa estadounidense CNN.
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Bender recuerda en su libro cuando el magnate, la entonces primera dama Melania Trump y su hijo, Barron, fueron llevados para refugiarse al búnker subterráneo de la Casa Blanca durante las protestas masivas registradas frente a la sede de la Presidencia y en otras ciudades de Estados Unidos por el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía ocurrido en mayo del año pasado.
En el libro titulado ‘Frankly, We Did Win This Election: The Inside Story of How Trump Lost‘, el periodista asegura que en los días posteriores a este suceso, Trump mantuvo una tensa reunión con altos responsables militares, las fuerzas del orden y los asesores del ala Oeste.
Y en estas conversaciones, el exmandatario se quejó abiertamente por el hecho de que el suceso se hubiera filtrado a la prensa.
Además, “Trump estalló en cuanto llegaron (los responsables) y les gritó (…). Fue el momento de mayor enojo que algunos asesores habían visto en el presidente”, escribe Bender.
“¡Quienquiera que haya hecho eso, debería ser acusado de traición!”, gritó Trump. “¡Deberían ser ejecutados!”, mantiene el autor del libro, cuyos extractos divulga la cadena estadounidense.
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El entonces jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, “trató repetidamente de calmar al presidente mientras sus ayudantes asustados evitaban el contacto visual”, describe Bender, y agrega que el principal asesor de Trump le garantizó a su jefe: “Estoy en eso. Vamos a averiguar quién lo hizo.”
Trump, estuvo enfadado por la filtración durante días, “preguntó repetidamente a Meadows si había encontrado al filtrador”, y su principal ayudante se “obsesionó” con encontrar la fuente, según el libro.
El periodista explica que “los que dijeron haber escuchado a Trump emitir esa advertencia habían interpretado el arrebato como una señal de un presidente que había entrado en estado de pánico”.
Con información de EFE.