AP.- El Senado de Estados Unidos aprobó el martes el plan de infraestructura, con apoyo bipartidista, por mil 200 billones de dólares, con una creciente coalición de demócratas y republicanos preparados para aprobar la primera fase de la agenda de reconstrucción del presidente Joe Biden.

El proyecto fue aprobado con 69 votos a favor y ahora pasa a la Cámara de Representantes, donde se espera que se analice cuando los representantes regresen del receso veraniego en septiembre.

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El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, dijo el fin de semana que “ha habido desvíos y todo lo demás, pero esto hará mucho bien a Estados Unidos“. Los senadores buscan aprovechar los miles de millones en nuevos gastos para sus estados y mostrar a los votantes en casa que pueden cumplir.

Después de la votación sobre infraestructura, el Senado comenzó inmediatamente la discusión sobre el otro paquete económico de Biden, el plan por 3.5 billones, que por ahora sólo cuenta con el apoyo demócrata.

La infraestructura fue una vez uno de los pilares de la elaboración de leyes, pero el trabajo de una semana para lograr un compromiso bipartidista muestra lo difícil que se ha vuelto para el Congreso abordar la legislación de rutina, incluso sobre prioridades compartidas.

Un número considerable de grupos empresariales, agrícolas y laborales respaldan el paquete, que propone casi 550 mil millones de dólares en nuevos gastos en lo que generalmente son los pilares del gasto federal: carreteras, puentes, internet de banda ancha, tuberías de agua y otros sistemas de obras públicas que las ciudades y los estados a menudo no pueden pagar por sí mismos.

El esquema para el paquete más grande de 3.5 billones de dólares estará en discusión en el Senado, particularmente una aproximación más liberal de cuidado infantil, cuidado de ancianos y otros programas, que se esperaba que solo atrajera el apoyo demócrata. Se espera que los senadores inicien este martes una sesión larga para considerar enmiendas al plan, el comienzo de un debate de meses sobre el paquete.

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A diferencia del paquete más grande de 3.5 billones de dólares de Biden, que se pagaría con impuestos más altas para las corporaciones y los ricos, el paquete bipartidista de 1.2 billones de dólares se financiará reutilizando otro dinero y con otros recortes de gastos y flujos de ingresos. Los partidarios del proyecto de ley argumentan que el análisis de la Oficina de Presupuesto no pudo tener en cuenta ciertas fuentes de ingresos, incluido el crecimiento económico futuro.

Los senadores pasaron la semana pasada procesando casi dos docenas de enmiendas al paquete de 2 mil 700 páginas, pero hasta ahora ninguna ha cambiado sustancialmente su marco.

Un problema restante, sobre el cumplimiento de impuestos para los corredores de criptomonedas, parecía estar cerca de resolverse después de que los senadores anunciaron que habían trabajado con el Departamento del Tesoro para aclarar la intención, pero no logró el suficiente apoyo.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha dicho que los dos proyectos de ley se considerarán juntos, pero el lunes un grupo bipartidista de legisladores centristas la instó a avanzar en el plan pequeño rápidamente, lo que generó preocupaciones sobre el proyecto de ley más grande, en una señal de la complicada política que se avecina.