AP.- El departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) anunció este jueves que exigirá a los empleados que brindan atención o servicios a pacientes que estén vacunados contra la Covid-19.
La orden del secretario Xavier Becerra incluye a más de 25 mil médicos, investigadores, contratistas, aprendices y voluntarios de los Institutos Nacionales de Salud, el Servicio de Salud Indígena y el Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos. La disposición aplica para empleados que interactúan regularmente con pacientes o cuyas funciones podrían poner a los trabajadores en contacto con ellos.
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"Exigir que nuestra fuerza laboral de atención médica del HHS se vacune, protegerá a nuestros trabajadores federales, así como a pacientes y personas a las que sirven", dijo Becerra en un comunicado.
Desde el Pentágono hasta el departamento de Asuntos de Veteranos y el estado de California, y desde Google hasta United Airlines, las agencias gubernamentales y las grandes empresas exigen que los empleados se vacunen a medida que la variante Delta se extiende por todo el país, lo que genera preocupaciones de que la Covid-19 podría retrasar la recuperación económica.
El HHS tiene más de 80 mil empleados. Aquellos que no acaten la orden de Becerra caerían bajo el reciente cambio de política del presidente Joe Biden, que requiere que los trabajadores y contratistas federales se vacunen o presenten pruebas semanales de Covid-19, además de ciertas restricciones en el lugar de trabajo para los no vacunados.
Si bien la vacunación es casi universal entre los médicos, no se puede decir lo mismo de otras personas que trabajan en lugares de atención médica. Instalaciones como los hogares de ancianos y los hospitales son sitios que requieren mucha mano de obra y dependen del personal de apoyo para todo, desde las tareas administrativas hasta el transporte de pacientes, y sus tasas de vacunación a menudo reflejan las de las comunidades circundantes.
La decisión del HHS sigue la orden de departamento de Asuntos Veteranos, de que sus trabajadores de atención médica se vacunen y el reciente anuncio del secretario de Defensa, Lloyd Austin, de que los miembros de las fuerzas armadas de Estados Unidos deberán recibir sus inyecciones de la Covid-19 para permanecer en los cuerpos armados.
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A pesar de la disponibilidad generalizada de vacunas sin costo para los estadounidenses, aproximadamente sólo la mitad de la población del país está completamente vacunada. Los nuevos casos de Covid-19 han superado los 100 mil por día, un nivel no visto desde que la segunda ola de otoño e invierno ganó impulso en noviembre pasado.
Los más afectados en esta última ola son los estados con bajos niveles de vacunación y alta resistencia a las directivas gubernamentales de salud pública. Pero ninguna zona del país es inmune. La variante Delta es muy eficiente en la propagación, lo que le ha permitido convertirse en la cepa de coronavirus dominante en la Unión Americana en cuestión de semanas.
Los empleadores tienen un amplio margen para exigir que sus trabajadores se vacunen como una “condición de empleo”, similar a otras reglas que rigen el lugar de trabajo. Según la ley federal, los trabajadores con objeciones religiosas o una afección médica pueden tener derecho a exenciones, siempre que no afecte el lugar de trabajo.
El nuevo requisito del HHS proporcionará adaptaciones médicas y religiosas similares.
Los funcionarios señalaron que los empleados afectados ya deben recibir vacunas anuales contra la gripe y otras de rutina. Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aún no ha emitido una aprobación completa para las vacunas contra el coronavirus, solo una autorización de uso de emergencia. Se cree que eso contribuye a la renuencia de algunas personas a vacunarse, aunque se han administrado más de 190 millones de inyecciones en los Estados Unidos con pocos casos reportados de efectos secundarios graves y una creciente evidencia de efectividad.