Incluidos los 19 terroristas, la desaparición de veinticuatro víctimas, los más de tres mil muertos y más de seis mil heridos, hacen del 11 de septiembre de 2001 (9-11) un atentando inigualable. El plan original del grupo terrorista Al Qaeda, comandado por Osama Bin Laden, fue llamado "Operación Aviones" y su ejecución fue liderada por Jalid Sheij Mohamed, un ingeniero paquistaní educado en Estados Unidos.
Mohamed se crió en Kuwait, pero al terminar la educación secundaria se trasladó a Carolina del Norte para conseguir el grado de ingeniero mecánico en 1986, año en que se enroló en Peshawar, Paquistán, con la yihad, el movimiento radical que se conformó para luchar contra los soviéticos en Afganistán.
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Mohamed alimentó por años su rechazo a la política exterior de la Casa Blanca por favorecer a Israel en su conflicto con Palestina y su entorno árabe, según se reveló en el informe de la Comisión del 11-S del Congreso estadounidense.
El cerebro de los atentados terroristas se mudó a Qatar para trabajar como ingeniero de proyectos y en 1996 regresó a Paquistán, entonces había ejecutado varias manifestaciones armadas y el gobierno estadounidense ya lo tenía ubicado como peligroso por su relación con su sobrino Ramzi Yousef, responsable del primer bombazo contra las Torres Gemelas, en 1993.
En esos años, Mohamed se dedicó a orquestar varios ataques, algunos fallidos como el que hizo para Filipinas que, de haberse logrado, habría dejado cientos de víctimas.
De la mano de Osama Bin Laden en Afganistán, en 1987, la relación de ambos terroristas se fortaleció y fue en 1996, en Tora Bora, cuando el ingeniero le mostró al líder de Al Qaeda y a su jefe operativo, Abú Mohamed al Masri, una idea que pretendía entrenar a pilotos de la yihad para estrellar aviones contra edificios de Estados Unidos.
Para el jefe terrorista, la "Operación Aviones" no resultaba "factible", según reveló Alí Soufan, antiguo agente del FBI y experto en terrorismo en su libro "Anatomía del terrorismo" que había sido la respuesta de Bin Laden.
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Fue hasta principios de 1999, que se dio el visto bueno a los atentados del 11-S, de acuerdo con las versiones de Nasser Al Wuhayshi, líder de Al Qaeda en la Península Arábiga.
Según consta en los archivos del FBI, al ser interrogado Jalid Sheij Mohamed relató el "grandioso plan original" que había presentado primero a Bin Laden y que consistía en su idea original en secuestrar diez aviones, nueve de los cuales se estrellarían contra objetivos en ambas costas de Estados Unidos.
Contó que él mismo "iba a hacer aterrizar el décimo aparato en un aeropuerto estadounidense y, tras matar a todos los pasajeros varones adultos a bordo y alertar a los medios, ofrecería un discurso criticando el apoyo de Estados Unidos a Israel, Filipinas y los gobiernos represivos en el mundo árabe", contó en su momento la comisión de investigación.
De acuerdo con su relato, los objetivos serían los edificios más emblemático de la Unión Americana, como el Capitolio, el World Trade Center, la Casa Blanca y el Pentágono.
La Comisión del 11-S calculó que toda la operación costó entre 400 mil y 500 mil dólares.
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Mohamed fue capturado en Rawalpindi, Paquistán, en marzo de 2003, en una operación conjunta de la CIA y los servicios de Inteligencia paquistaníes. Tras varios años en prisiones secretas, fue trasladado en 2006 a Guantánamo, donde terminaría confesando ser el orquestador principal de los ataques del 11-S y quien, hasta ahora, no ha sido juzgado.