AP.- La falta de productos en los supermercados de Estados Unidos ha ido incrementando en las últimas semanas luego de que problemas nuevos, como la variante Ómicron del coronavirus y el mal clima, se han sumado a las dificultades en la cadena de suministro y a la escasez de mano de obra que han afectado a los minoristas desde que comenzó la pandemia.
La escasez es generalizada, impactando verduras y carnes, así como artículos empaquetados como el cereal, que ya se reporta como un problema a nivel nacional. Las tiendas de alimentos de Estados Unidos por lo general tienen entre el 5% y el 10% de falta de existencias, pero ahora mismo esa tasa es de alrededor del 15%, de acuerdo con Geoff Freeman, presidente y director general de la Consumer Brands Association.
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Parte de la escasez que los consumidores están observando en los estantes de las tiendas se debe a tendencias de la pandemia que nunca disminuyeron y que se han visto exacerbadas por la variante Ómicron. Los estadounidenses comen más en casa de lo que solían hacerlo, sobre todo debido a que las oficinas y algunas escuelas siguen cerradas.
El hogar estadounidense promedio gastó 144 dólares a la semana el año pasado en tiendas de abarrotes, de acuerdo con FMI, una organización comercial de comestibles y productores de alimentos. Eso está debajo del punto máximo alcanzado en 2020 de 161 dólares, pero sigue siendo mucho más alto que los 113.50 dólares que las familias gastaron en 2019.
Por otra parte, la escasez de conductores de camiones que empezó a presentarse antes de la pandemia sigue siendo un problema. En octubre, la Asociación Estadounidense de Transporte Terrestre dijo que en el país faltaban unos 80 mil conductores, una cifra histórica.
Además, los envíos de cargamentos siguen demorados, lo que afecta a todo, desde a los productos importados hasta los empaques que son fabricados en el extranjero.
Los minoristas y productores de alimentos se han estado adaptando a esas realidades desde principios de 2020, cuando las compras de pánico al inicio de la pandemia provocaron que la industria cayera en picada. Muchos minoristas están manteniendo más suministros de cosas como el papel higiénico, por ejemplo, para evitar una escasez grave.
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“Todas las partes involucradas en el ecosistema de la cadena de suministro han llegado a un punto en el que tienen ese manual y son capaces de superar ese nivel básico de problemas”, comentó Jessica Dankert, vicepresidenta de la cadena de suministro de la Asociación de Líderes de la Industria Minorista.
En tanto, eventos relacionados con el clima, desde tormentas de nieve en el noreste de Estados Unidos hasta incendios forestales en Colorado, también han impactado en la disponibilidad de los productos y causado que algunos clientes compren más de lo habitual, exacerbando los problemas de suministro provocados por la pandemia.
Lisa DeLima, portavoz de Mom’s Organic Market, una tienda de alimentos independiente con sucursales en la región del centro de la costa este del país, dijo que las tiendas de la compañía no tuvieron productos para exhibir el fin de semana pasado porque el clima invernal detuvo a los camiones que intentaban llegar de Pensilvania a Washington.
Ese cuello de botella ya se resolvió, comentó DeLima. Desde su punto de vista, la escasez intermitente de ciertos artículos que los compradores ven ahora no es nada comparada con la escasez más crónica del principio de la pandemia.
“La gente no necesita hacer compras de pánico”, comentó. “Hay muchos productos. Es sólo que está tomando más tiempo llevarlos del punto A al punto B”, añadió.
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Sin embargo, no todos son tan optimistas. Freeman, de la Consumer Brands Association, dijo que los problemas relacionados con Ómicron podrían aumentar a medida que la variante se propague en la región centro norte del país, donde operan muchas compañías grandes de alimentos empaquetados como Kellogg Co. y General Mills Inc.
A largo plazo, podría tomar tiempo para que las tiendas y compañías de alimentos descifren los patrones de compras de los clientes que surjan a medida que la pandemia vaya remitiendo, dijo Doug Baker, vicepresidente de relaciones industriales de la FMI.