AP.-El fiscal general de Texas, Ken Paxton, ganó el martes su segunda vuelta electoral republicana contra el comisionado de tierras de Texas, George P. Bush, a pesar de enfrentar una serie de problemas legales, incluida una investigación del FBI y un juicio por cargos de fraude de inversiones.
Bush es el único miembro de su famosa familia que sigue en el cargo, pero la derrota significa que ahora saldrá en enero. Eso dejará a la dinastía Bush fuera de un cargo electo por una de las pocas veces en los últimos 40 años.
El próximo final de la era Bush, al menos por ahora, llegó a manos de un titular de dos mandatos que todavía está perseguido por una acusación de delito grave en 2015 y una investigación separada del FBI sobre acusaciones de corrupción. Pero, lo que es más importante, en Texas, Paxton contó con el respaldo del expresidente Donald Trump, quien se ha burlado y antagonizado a la familia Bush en su camino para tomar su lugar como abanderado del Partido Republicano.
Paxton, quien ha negado haber actuado mal, ahora está al alcance de un tercer mandato en Texas, donde un demócrata no ha ganado un cargo estatal en casi 30 años. Más recientemente, el Colegio de Abogados del Estado de Texas está sopesando posibles reprimendas contra Paxton por sus intentos infundados de anular las elecciones de 2020.
A pesar de terminar segundo en las primarias de marzo, Bush estaba 20 puntos detrás de Paxton. La amplia brecha resaltó la durabilidad política continua de Paxton y mostró cuánto terreno necesitaba el vástago de la dinastía política Bush, de 46 años, para reconciliarse con los votantes republicanos en Texas, donde su tío, el expresidente George W. Bush, alguna vez fue gobernador y su difunto abuelo, el expresidente George H. W. Bush, fue congresista y residente de Houston desde hace mucho tiempo.
Pero la influencia de los Bush en el Partido Republicano ya no es lo que era. Hace dos años, Pierce Bush, primo de George P. Bush, se convirtió en el primer miembro de su familia en perder una carrera en Texas en 40 años en una candidatura fallida al Congreso en Houston.
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Cuando el senador estadounidense John Cornyn de Texas se convirtió la semana pasada en uno de los principales republicanos que criticaron públicamente a Paxton, calificando su caso penal de larga data y sin resolver como una “verg\u00fcenza”, Paxton respondió alineándolo con los Bush.
En las últimas semanas de la campaña, Bush intensificó sus ataques a los problemas legales de Paxton, publicando anuncios que destacaban las acusaciones no resueltas y la investigación del FBI y lo llamaban no apto para el cargo.