AP.- Hace un año, la protesta anual contra el aborto legal llamada "Marcha por la Vida" tuvo lugar en Washington en un ambiente de indisimulado ánimo triunfal. Con una nueva mayoría conservadora en la Corte Suprema, miles de manifestantes enfrentaron el frío intenso para festejar la caída aparentemente inevitable del fallo Roe vs. Wade.
Ahora, derogado el derecho constitucional al aborto, la marcha regresa el viernes con un enfoque nuevo. En lugar de concentrar su atención en la Corte Suprema, los manifestantes planean hacerlo en el edificio al otro lado de la calle: el Capitolio.
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Líderes del movimiento dicen que su plan es exigir al Congreso que no intente restringir las numerosas leyes antiaborto aprobadas en una decena de estados.
"Este año será un recuerdo sombrío de los millones de vidas perdidas debido al aborto en los últimos 50 años, pero también un festejo de lo que hemos logrado y hacia dónde nosotros, cómo movimiento, debemos dirigir nuestros esfuerzos en esta nueva era de nuestra lucha para proteger la vida", dijo en un comunicado Jeanne Mancini, presidenta del Fondo para la Educación y la Defensa de la Marcha por la Vida.
Algunos líderes del movimiento esperan sembrar en el Congreso las semillas de una posible restricción federal del aborto.
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Marjorie Dannenfelser, presidenta de la organización antiaborto SBA Pro-Life America, dijo que visualiza un "estándar federal mínimo" que prohíba el aborto después de la 13ra semana de embarazo en todos los estados. La visión de Dannenfelser permitiría a los estados imponer individualmente medidas aún más estrictas, hasta la prohibición total.
Se reconoce que esto último es más que difícil, ya que si lo aprueba la Cámara de Representantes de mayoría republicana, probablemente fracasaría en el Senado, controlado por los demócratas.