EFE.– La Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió este miércoles no expulsar al polémico legislador republicano George Santos, una medida que había sido impulsada por miembros de su propio partido tras haber sido imputado de 23 delitos en las últimas semanas.
El resultado de la votación fue de 179-213, lejos de la mayoría cualificada de dos tercios que requieren las normas del Congreso para que un paso así sea aprobado, mientras que 19 representantes votaron: presente.
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Santos está acusado de fraude, lavado de activos, robo de fondos públicos, falso testimonio, conspiración contra Estados Unidos o falsificación de documentos, entre otros, unos cargos de los que se ha declarado no culpable.
El republicano había logrado notoriedad mucho antes, famoso por la maraña de falsedades que urdió para ser elegido en los comicios de medio mandato de noviembre de 2022.
La resolución para expulsar a Santos, quien representa un distrito de Nueva York, había sido presentada por cinco compañeros republicanos de su mismo estado: Anthony D’Esposito, Nick LaLota, Marcus J. Molinaro, Mike Lawler y Brandon Williams.
Todos ellos representan distritos considerados como moderados, por lo que su reelección, el año entrante y así su futuro político puede depender de pequeños detalles.
“Cualquiera que haya estado despierto, que haya estado leyendo el periódico y mirando Twitter, entiende todas las razones por las que debería ser (expulsado)”, dijo D’Esposito en la red social X (antes Twitter).
Contra Santos existe una investigación interna del Comité de Ética de la Cámara de Representantes, que controlan los republicanos gracias a su mayoría.
La debilidad de esa mayoría, de apenas una decena de diputados, es, de hecho, uno de los motivos que han pesado en muchos conservadores a la hora de votar en contra de la expulsión de Santos.
Otra razón es el precedente que crearía la expulsión de un miembro que ha sido imputado, pero aún no condenado.
El congresista, de 35 años, está acusado “de robar identidades de personas y hacer cargos a las tarjetas de crédito de sus propios donantes sin su autorización, mentir a la Comisión Federal de Elecciones (FEC, en inglés) y, por extensión, al público sobre el estado financiero de su campaña”.
De acuerdo con el fiscal federal Breon Peace, Santos “infló los ingresos declarados de la campaña con préstamos y aportes inexistentes, inventados o robados”.
La extesorera de la campaña de Santos, Nancy Marks, que también está imputada en la causa, sí se ha declarado culpable por fraude, un hecho que para sus detractores sería suficiente motivo para expulsarlo.
Tan sólo cinco congresistas han sido expulsados en la historia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, tres de ellos durante la Guerra Civil por apoyar al bando alzado. Los otros dos, condenados por delitos de soborno, entre otros, en 1980 y 2002.