Reuters.- Las campañas de vacunación contra el coronavirus en América Latina deben priorizar a grupos vulnerables como los indígenas, los migrantes y las personas en situación de calle, que tienen mayor prevalencia y riesgo de morir por la Covid-19, aseguró este martes la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Según proyecciones del organismo, a finales de 2021 sólo se habrá inmunizado a una tercera parte de la población en América Latina y el Caribe. Y de mantenerse el ritmo actual, la inmunización completa del 70% de sus habitantes podría alcanzarse hasta 2022, cuando los países europeos y de América del Norte ya estarían en una segunda ronda de vacunación de refuerzo.
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La Unesco presentó su estudio “Covid-19: ¿Cómo diseñar planes de vacunación justos e inclusivos?”, que busca llamar la atención sobre la importancia de la equidad en la distribución de las vacunas en una región con 7 de los 15 países del mundo con mayor mortalidad por cada 100 mil habitantes.
En la gestión de la escasez de vacunas en Latinoamérica, los países priorizaron a las personas mayores, trabajadores esenciales y pacientes con comorbilidades, pero la Unesco recomendó que, además de contemplar criterios epidemiológicos, deben considerarse los de equidad.
“Esta es la región más golpeada del mundo por la Covid-19. Es una región con mucha desigualdad”, aseguró Guillermo Anlló, responsable regional para América Latina y el Caribe del Programa de Política Científica, Tecnológica y de Innovación de la Unesco.
“No alcanza solamente con decir: ‘vamos a priorizar a los que tienen comorbilidades o a los grupos esenciales’, sino que además hay que incluir otras variables en esa priorización que tienen más posibilidades de contagio y muerte”, agregó Anlló en referencia a indígenas, afrodescendientes, indigentes, migrantes y prisioneros.
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La Unesco también señaló que la región invirtió poco en ciencia y tecnología en los últimos cinco años y afirmó que debe revertir esa política si quiere reducir la dependencia de los países desarrollados para la adquisición de vacunas.
Argentina, Brasil y México son productores totales o parciales de algunas vacunas contra el coronavirus, en ciertos casos pensadas para ayudar a abastecer a la región, pero en números insuficientes para las necesidades actuales.
“América Latina fue el único continente que desinvirtió en ciencia. Tiene un crecimiento negativo. Bajó en los últimos cinco años y esa es una preocupación si queremos hablar sobre el desarrollo de vacunas”, dijo Lidia Brito, directora de la Oficina Regional de Ciencias de la Unesco para la región, en la conferencia virtual en la que presentó el informe.
La pandemia profundizó las desigualdades entre los países en desarrollo y los desarrollados, y en la región provocó la caída del Producto Interno bruto (PIB) en 2020 e incrementó los índices de pobreza, recordó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
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“En términos socioeconómicos, esta ha sido una de las regiones más golpeadas. En 2020, tuvimos una caída del 6.8%. Si bien es cierto que este año vamos a recuperarnos en un 5.2% y el próximo posiblemente un 2.9%, no será suficiente para recuperar ni el nivel del PIB del 2019 en la mayoría de los países y mucho menos los empleos”, añadió Bárcena.
“La situación de pobreza aumentó en 22 millones y esto lleva a 209 millones de pobres, 78 millones en pobreza extrema; es decir, que hubo un aumento de 8 millones. Y los que están en pobreza extrema tienen otro problema, que es el hambre”, agregó.