LATAM

La economía de Latinoamérica ha mejorado, pero se prevén dificultades para el 2023: FMI
Jueves 7 de Noviembre de 2024

La economía de Latinoamérica ha mejorado, pero se prevén dificultades para el 2023: FMI

Foto: AP
Escrito en LATAM el

AP.- La economía de Latinoamérica ha mejorado más de lo previsto en 2022 y atraviesa un buen momento, pero los niveles de crecimiento son similares a los de hace más de una década y no se ven buenos pronósticos para el 2023, dijo el jueves el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La región aún sigue lidiando con los efectos de la pandemia de coronavirus y la invasión rusa en Ucrania, y ahora enfrenta un tercer shock: el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales.

No te pierdas: Los niveles de pobreza extrema en el mundo están por encima de los registrados antes de la pandemia, advierte el FMI

La buena noticia, dijo el FMI, es que para finales de este año se prevé un crecimiento del 3.4%, un 1% mayor al previsto a comienzos de 2022.

La mala noticia es que la economía mundial se va a desacelerar en 2023 debido a un contexto internacional desfavorable, con una contracción en la actividad económica en China y Estados Unidos, la continuidad del conflicto en Ucrania, altas tasas de interés y condiciones financieras más apretadas para acceder al crédito.

Todo esto hace que las previsiones del FMI de crecimiento para la región en 2023 caigan al 1.7%, la mitad que este año.

En 2020 la economía latinoamericana se contrajo a un -6.6% de crecimiento, y en el 2021 se recuperó al 7%.

Visita: Yellen advierte que la economía global enfrenta dificultades significativas por la "coerción geopolítica" impulsada por Rusia

El FMI dio a conocer sus previsiones en momentos que los países de la región ya han comenzado a sentir el impacto con altas tasas de inflación, y a poco más de una semana de que el Banco Mundial revelara sus propias previsiones, levemente inferiores. Para este año el BM pronostica un crecimiento del 3% en América Latina, y del 1.6% en 2023.

El Fondo explica que los flujos de capital hacia los países emergentes se están desacelerando y el costo del financiamiento externo está incrementándose. Para Latinoamérica, el efecto se ve principalmente en una desaceleración de la actividad, un impacto en el costo del crédito interno, el consumo privado y la inversión, entre otras cosas.