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Daniel Ortega busca la desarticulación de la Iglesia católica de Nicaragua, aseguran opositores en el exilio
Jueves 7 de Noviembre de 2024

Daniel Ortega busca la desarticulación de la Iglesia católica de Nicaragua, aseguran opositores en el exilio

Foto: Reuters
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EFE.- Varios opositores nicarag\u00fcenses en el exilio condenaron este sábado la ola de arrestos de sacerdotes por parte de la policía, que ha detenido a 14 religiosos en los últimos 10 días, y consideraron que el gobierno del presidente Daniel Ortega busca desarticular a la Iglesia católica de Nicaragua.

“La dictadura de los Ortega M. pretende desarticular a la Iglesia católica“, sostuvo la legendaria guerrillera sandinista desnacionalizada Dora María Téllez a través de la red social X.

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Téllez, que formó parte del primer gobierno sandinista, dijo que para Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, la tradicional procesión de Jesús Sacramentado, que son convocadas para el primero de enero y a la que generalmente acuden miles de católicos, “es una amenaza”.

“El miedo y la paranoia los dirige”, puntualizó Téllez, para quien la estrategia de la dictadura de los Ortega Murillo es desarticular la Iglesia católica por completo y dejar las parroquias sin sacerdotes.

Prevén expulsión de sacerdotes

Por su lado, el dirigente estudiantil desnacionalizado Lesther Alemán anotó que la nueva ola de arrestos de sacerdotes tiene como fin expulsarlos de Nicaragua, al igual como ocurrió en octubre pasado, cuando el gobierno excarceló a otros 12 sacerdotes que mantenía en prisión y los envió al Vaticano.

Daniel Ortega encuentra el ‘destierro’ como su ‘política rentable de eliminación’ de todo lo que les parece incómodo o amenazante. Por ello prepara otra remesa con la última ola de secuestros, esta vez contra la Iglesia. Les aterra la fe de este pueblo”, escribió Alemán en X (antes Twitter), para quien la dictadora de Ortega “ha desatado en Nicaragua una guerra sin precedentes contra la Iglesia católica”.

“El Nerón decrépito pretende dejar parroquias sin sacerdotes, diócesis sin obispos y pueblo sin pastores”, agregó.

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En tanto, la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco coincidió en que existe “un esfuerzo vano e infructuoso de la dictadura por aniquilar el derecho a profesar libremente la fe católica del pueblo nicarag\u00fcense”.

“Estos actos desesperados de la tiranía reflejan su ruina moral, su derrota ante la firme convicción de los pastores de la Iglesia católica de colocarse del lado de la verdad y la justicia, y de respaldar el cambio político, social y democrático que exige la inmensa mayoría del pueblo de Nicaragua. Es una batalla que la dictadura ha perdido y por eso actúa con dolo y saña”, señaló la Unidad Nacional en una declaración.

Ese movimiento opositor demandó el cese de “todas las formas de persecución” en contra de la Iglesia católica y la liberación de los religiosos presos.

Piden aislar al Gobierno de Nicaragua

Asimismo, hicieron un llamado a la comunidad internacional “a que aumente sus medidas de aislamiento y sanciones en contra de la dictadura orteguista, proporcionales y correlativas a la forma en la que esta reprime a la ciudadanía nicarag\u00fcense”; y a las autoridades eclesiásticas del mundo “que levanten su voz ante la feroz persecución que vive la Iglesia en Nicaragua“.

Otro grupo de organizaciones opositoras expresó su condena por el arresto de 14 religiosos en las últimas dos semanas.

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“Las pretensiones de la dictadura con estas detenciones son claras: eliminar la esperanza en un mañana mejor y, revestir de temor al pueblo de Nicaragua capturando a los líderes de la institución más creíble del país”, indicó ese grupo de organismos, entre ellos la Coalición Nacional.

Las relaciones del gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.

Nicaragua atraviesa una crisis desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.