EFE.- Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, propuso este jueves transformar los miles de edificios y terrenos abandonados que son propiedad del Estado brasileño en viviendas sociales para la población más vulnerable.
“El Estado debe sentirse obligado a hacer mejoras para que las personas tengan acceso a una casa“, afirmó el mandatario en una ceremonia en el Palacio de Planalto, en la capital Brasilia.
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El gobernante sancionó, acompañado de varios de sus ministros, una medida aprobada por el Congreso que mejora las condiciones del programa de vivienda popular “Mi casa, mi vida”, creado en 2009, durante el segundo mandato de Lula y recuperado este año bajo moldes similares.
La ampliación del programa, que consiste en que el gobierno subsidia una parte importante de la vivienda a los más pobres, se traduce en la reducción de los intereses del préstamo para las familias de bajos ingresos que se inscriban al mismo, así como en un mayor acceso para la clase media.
La meta del gobierno es subsidiar más de dos millones de viviendas hasta 2026, último año del mandato de Lula, que empezó el pasado 1 de enero.
No obstante, Lula recordó en su discurso que aún existe un elevado déficit de vivienda en el país, que calculó entre seis y siete millones, y por ese motivo propuso distribuir entre la población los edificios y terrenos hoy abandonados por el Estado brasileño.
“Vamos a tener que transformarlos en unidades habitacionales”, planteó.
Lula refirió que sólo el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) cuenta con 3 mil casas, terrenos y edificios, muchos de ellos en el centro de las grandes ciudades del país que no son utilizados.