EFE.- Fiscalías de 14 países de América y el Caribe se reúnen desde este martes en Panamá para avanzar en el trabajo conjunto contra el tráfico y la trata de personas, negocios ilícitos a los que se vincula con la crisis migratoria sin precedentes que vive el continente.
Se trata de la Reunión de Fiscalías Especializadas en la Investigación y Persecución del Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas en el contexto de las migraciones regionales, una actividad enmarcada en la Conferencia Regional sobre Migración (CRM), cuya presidencia pro tempore ostenta Panamá.
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Este encuentro, que se extenderá hasta el próximo sábado, “permitirá avanzar en la identificación de objetivos comunes, estructuras y pasos a seguir en la conformación” de equipos de investigación “que faciliten acciones operativas conjuntas para enfrentar ambos fenómenos considerando las dinámicas y la evolución particular de ambos delitos”, dijo el Ministerio Público (MP) de Panamá.
El procurador general (fiscal general) de Panamá, Javier Caraballo, recordó que esta cita nació en 2021 “ante el aumento del flujo migratorio irregular y la vulnerabilidad de las personas que atraviesan la selva de Darién (la entrada a Centroamérica desde el sur del continente) y como pueden ser utilizadas por los grupos criminales”.
Desde entonces, explicó Caraballo, se ha podido “coordinar entre los diferentes Ministerios Públicos del área para enfrentar de manera conjunta (\u2026) la criminalidad organizada transnacional que está detrás de estos flujos migratorios irregulares”.
“Hemos tratado de establecer intercambio efectivo entre las diferentes fiscalías especializadas del área para que tengamos la información suficiente que nos permita enfrentar de manera más eficiente este tipo de conductas delictivas”, agregó el fiscal general de Panamá.
El tapón del Darién, un parque nacional de Panamá de 575 mil hectáreas, es la frontera natural entre Panamá y Colombia. Ha sido cruzada este año por más 330 mil personas que viajan hacia Norteamérica, una cifra inédita y que dejó atrás a las 248 mil de 2022 y las 133 mil de 2021.
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Aunque los nacionales de países suramericanos, sobre todo venezolanos, y caribeños, destacan por el grueso de esos números, a la jungla llegan indocumentados de más de medio centenar de países del mundo movidos por redes transnacionales y a través de medios aéreos y marítimos.
Un informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) y la Iniciativa global contra el crimen organizado transnacional (GI-TOC), como miembros de la red de la Convención de las Naciones Unidas contra el Crimen Organizado Transnacional de América Latina, da cuenta del rol central del colombiano Clan del Golfo en el tráfico de migrantes por el Darién.
El Clan mantiene un “control hegemónico de la región del lado colombiano de la frontera con Panamá”, por lo que tanto “las redes nacionales e internacionales de tráfico como los migrantes que llegan solos deben interactuar de alguna manera con el grupo para que les permita y les facilite el paso“, dice el documento de 40 páginas.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos mostró este martes su preocupación ante el hecho de que los migrantes que atraviesan el tapón del Darién “están expuestos a múltiples violaciones y abusos de los derechos humanos durante su viaje, incluida la violencia sexual, que supone un riesgo especial para los niños, las mujeres, las personas del colectivo LGBTI y las personas con discapacidad”.