El nuevo etiquetado frontal en alimentos podría llevar al ahorro de hasta 40 mil millones de pesos en los costos relacionados a los problemas de obesidad y sobrepeso en los próximos cinco años, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Los autores del estudio utilizaron datos del consumo de alimentos y bebidas de más de 6 mil adultos en México, disponibles gracias a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016, así como un informe financiero del impacto que la obesidad y el sobrepeso tienen en el país.

Además, proyectaron una tasa de obesidad estimada para cuando el etiquetado frontal comience a aplicarse para calcular los costos directos e indirectos de esta enfermedad.

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El estudio, publicado por Plos Medicine y que estima los cambios en el peso corporal que provocaría la menor ingesta de calorías que causarían las etiquetas, expone que esta medida podría llevar a que cada persona en México consuma 37 kilocalorías menos al día.

Esto, en cinco años, podría verse reflejado en una reducción de 1.7 kilogramos por persona.

Las etiquetas, que alertarán a los consumidores de la cantidad de azúcares, grasas, sodio y calorías que tiene un producto, igualmente podrían ayudar a prevenir alrededor de 1.3 millones de nuevos casos de obesidad en cinco años, y a ahorrar unos 40 mil millones de pesos en costos de atención médica en el mismo periodo, de acuerdo con el estudio.

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En octubre del 2019, el Gobierno de México aprobó una ley para establecer que las bebidas no alcohólicas y los alimentos envasados que tengan un exceso de calorías, azúcares, grasas, grasas trans o sodio deben tener una etiqueta de advertencia.

Pero la medida, que estaba prevista para entrar en vigor el próximo 1 de octubre, no lo hará hasta diciembre en México.

El motivo detrás del aplazamiento, explicó el gobierno del país en un comunicado, es que la modificación "requiere de una implementación eficiente que brinde claridad, certidumbre y certeza a productores".