Por Alina Navarrete Fernández/Corresponsal
Campesinos de la Montaña de Guerrero se organizaron para recuperar la producción de arroz que perdieron con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero necesitan un molino en la región por lo que pidieron al gobierno estatal y federal que destinen recursos al proyecto para recuperar su “época de oro”.
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Unos 90 productores de los municipios de Huamuxtitlán y Alpoyeca sembraron 700 toneladas de arroz Morelos palay (con cáscara) en 110 hectáreas; sin embargo, sus asesores del Programa de Producción para el Bienestar, Alondra Sánchez Pérez y Manuel Alejandro Álvarez Ramos, consideran que la producción podría aumentar a 2 mil toneladas y 300 hectáreas con respaldo de las autoridades.
Aunque es el estado de Morelos el que cuenta con la denominación de origen del arroz homónimo, en Guerrero se produce de manera orgánica, sin fertilizantes o con pocas cantidades de urea y potasio, aprovechando el agua del río Tlapaneco que en temporada de lluvias arrastra consigo toda la riqueza natural de La Cañada.
Entre mayo y junio se siembra el grano, las parcelas se inundan mediante canales con el agua del río y así permanecen tres meses luego de los cuales inicia “el castigo”, que consiste en no volver a regar los sembradíos. Finalmente, la cosecha empieza a mediados de octubre y termina los primeros días de noviembre; los campesinos cortan la planta y azotan sus ramas en tambos donde caen los granos.
El arroz que se cosecha se vende al Molino Buenavista ubicado en Cuautla, Morelos, es el más cercano a la región y paga a siete pesos el kilo a los productores, que una vez industrializado aumenta desde 26 hasta 60 pesos. Debido a que el flete cuesta hasta 600 pesos por tonelada, las ganancias de los campesinos son mínimas.
Anselmo Ramírez Rendón de 98 años de edad, recuerda que antes del TLCAN hubo una “época de oro” en la que la producción de arroz era el principal sustento de las familias de la región, Huamuxtitlán tenía su propio molino e incluso importaba el grano a España.
“Antes del tratado había una producción muy grande, pero con el tratado se acabaron los molinos (\u2026) Ahorita estamos en la vil desgracia, antes había mucha gente (dedicada a la producción), hasta las mujeres iban al campo, los sábados había mucho dinero”, contó.
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Con el TLCAN, cayó el precio del arroz en Guerrero, los campesinos fueron estafados en dos ocasiones por el Molino Covadonga de Puebla, aumentó la migración y en consecuencia disminuyó la mano de obra en las parcelas.
Para combatir la inflación, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a los campesinos a sembrar “todo lo que puedan” y aunque en La Cañada hay disposición de retomar la producción de arroz, es necesario que las autoridades inviertan recursos para la industria.
“Antes la economía de nuestra región era el arroz, el maíz y el frijol: los granos básicos que hoy nuestro presidente demanda que nosotros sembremos, pero lo que sacamos de cosechas no nos da para volver a sembrar”, dijo Pedro Cid Ramírez.
“Hoy nuestra juventud está migrando cada vez más, creemos que al volver a tener el molino subirá la economía y los jóvenes se quedarán”, añadió.
Los productores adquirieron una trilladora este año para optimizar la cosecha y harán lo propio para instalar el molino con apoyo del empresario Hermilio Muñiz Nava, quien se comprometió a donar una hectárea de terreno.
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Mientras que el alcalde de Huamuxtitlán, Aurelio Méndez Rosales, informó que ya envió solicitudes a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y López Obrador, debido a que el Ayuntamiento no cuenta con recursos suficientes para la inversión que requiere la producción de arroz.
Salvador Ramírez García migró a Estados Unidos hace unos años pero ahora está comprometido con la producción del arroz, “yo ya no me quiero ir” por eso se sumó al proyecto con sus vecinos, para demandar apoyo a las autoridades.