EFE.– Bajo el lema de "¡Amistad sí, muro no!", cuatro activistas se encadenaron este miércoles al muro fronterizo en la zona de la playa, en Tijuana, Baja California, en protesta por la instalación de una nueva valla de casi 10 metros de altura y las afectaciones que esto provocó al Parque Binacional de la Amistad.
Desde el año pasado, los activistas, integrantes de la organización Amigos del Parque Binacional de la Amistad, se habían venido manifestando en contra de estas obras, debido a que el parque durante más de tres décadas fungió como un punto de encuentro y reunificación de familias separadas por el muro.
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El tamaño del espacio, que cuenta con una gran carga simbólica para la relación binacional entre México y Estados Unidos, con el tiempo se ha ido reduciendo y ahora se ve amenazado por la construcción de la nueva muralla.
Mensaje de división y separación
Daniel Watman, activista convocante, dijo a medios que esta protesta empezó con una idea suya de colocar un letrero que dice '¡Amistad sí, muro no!', justo donde estaban construyendo el muro. Luego otros individuos decidieron atarse al muro y él decidió hacer lo mismo.
"Mi objetivo aquí es detener la construcción en general para el parque, porque la construcción que tienen ahora es una destrucción del parque, están poniendo dos muros de entre nueve y 10 metros y eso manda un mensaje de división y separación, cuando el parque se trata de conexión y amistad", dijo.
El activista agregó que, independientemente de que den permiso o no para que las familias tengan acceso en algún momento para su reunificación, "el daño ya va a estar hecho, porque ya mostraron con estos muros que su prioridad no son las familias, sino la militarización de esta zona y eso es lo que no queremos, queremos un lugar que se preste a la unidad y la unión".
Peligro para los migrantes
Los activistas agregaron que el argumento estadounidense de alzar los muros para detener la migración es algo erróneo y no bien planteado, puesto que, como se ha visto en las últimas semanas, los migrantes siguen cruzando los muros pese a la altura, pero esto les coloca en una situación de riesgo.
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Watman precisó que "justamente los muros no funcionan para el propósito que ellos dicen, que es para detener la gente que cruza, porque la gente sigue cruzando y solamente se hace más peligroso ese cruce y yo temo que ahora con los muros más altos la gente se ahogue intentando cruzar por el mar".
"Los muros son actos violentos y este es un espacio donde podemos promover la paz, entonces, si ellos ponen muros están realizando un acto violento, por eso estoy en contra de ello", añadió.
Graciela Zamudio, directora de la organización Alma Migrante que estuvo presente durante la protesta, coincidió con Watman y dijo a medios que "históricamente los muros divisorios no han frenado la migración, sino todo lo contrario, pues el tráfico de personas y demás delitos se agudizaron en las ciudades fronterizas".
Los cuatro activistas se mantuvieron encadenados al muro durante un par de horas, mientras que del lado estadounidense trabajadores de la construcción y elementos de la Patrulla Fronteriza trataron de disuadir a los manifestantes.
Conforme fue pasando el tiempo, más personas involucradas en el activismo a favor de los migrantes y de derechos humanos se fueron sumando en apoyo a los manifestantes.