Por Jorge Monroy
Han pasado doce días desde que habitantes de la comunidad de Texcapilla, municipio de Texcaltitlán, se enfrentaron a Rigoberto de la Sancha, líder de los extorsionadores de La Familia Michoacana, conocido como “El Payaso“.
Tras la rebelión de los habitantes, a quienes los criminales les exigían pagar por la superficie que sembraban, por hacer fiestas y hasta les obligaban a comprar productos que ellos introducían al comercio, el municipio se llenó de policías estatales, agentes de la Guardia Nacional y soldados.
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Sin embargo, pese a la presencia de las fuerzas de seguridad, el temor no ha desaparecido entre los habitantes de Texcaltitlán, ya que es común ver a jóvenes en moto que hacen recorridos y observan a las pocas personas que salen a la calle o parecen seguir a los visitantes.
Muchos de quienes salieron por miedo a las represalias no han regresado a la comunidad y entre las casas vacías destaca la vivienda de la familia que fue secuestrada por La Familia; hasta ahora no se tienen noticias de las personas que los criminales se llevaron, entre las que hay una bebé de un año y un niño de tres.
Pero entre quienes se han quedado en Texcaltitlán existe la convicción de que ya no permitirán los abusos de los extorsionadores. Personas entrevistadas por Latinus aseguraron que defenderán su tierra y su familia con lo que sea necesario.
“No nos vamos, esperamos que el gobierno nos siga apoyando, porque nosotros no nos iremos”, dijo una de las personas entrevistadas.
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